viernes, 13 de abril de 2018

El café, desde su taza (Canción).


Como las manos le temblaban
derramó el café
desde su taza.

Y parte del café derramado
quemó su piel,
y otra parte
cayó en su ropa.

Abrió entonces la llave del agua
y puso su piel quemada bajo el chorro
y extrañado notó que no había
dolor ni placer en todo esto,
el tiempo de las sensaciones ha pasado,
se dijo,
y la muerte ya está cerca,
o está dentro,
como un hijo.

Entonces,
pasó a quitarse sus ropas,
y observó con atención
las manchas en la tela,
y sintió ganas de llorar al verlas,
como si al mirar el cielo,
en medio de la noche,
alguien fuera consciente de observar
también
el lento final del universo.

El tiempo de las sensaciones ha pasado,
se dijo,
y la muerte ya está cerca
o está dentro
como un hijo.

Sin ropas ya,
sobre la cama,
buscó ahora qué mirar
entre sus cosas,
como si quisiese asegurar que algo
no se fuese,
y pudiese atarlo al mundo
y a quién era
como un ancla.

Fotos, encontró,
y en ellas,
ojos propios y ajenos
que desde el papel
lo contemplaban,
y mientras sentía débilmente
el aroma del café
desde su piel,
comprendió que el corazón
y el hombre mismo
no habían sido hechos
para vivir de sensaciones.

Y la vida ya está lejos
o está yéndose de a poco,
se dijo,
o está yéndose de a poco
como un hijo.

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