domingo, 22 de octubre de 2017

Don José.


Don José vivió durante cuarenta años en la casa esquina de la calle donde viven mis padres.

Tenía una hija que se fue a vivir a España y un hijo que trabaja como contador.

Ese hijo, según cuentan, estuvo preso en varias oportunidades.

Don José, de hecho, se habría distanciado de él a partir de aquello.

De todas formas, debo reconocer que yo nunca supe de nadie más, que viviera en esa casa.

Y eso que cuando chico, solía escuchar con atención a don José.

Recuerdo por ejemplo, que él hablaba siempre de fabricar su propia vida.

Esto lo decía en relación, principalmente, a ser autosuficiente.

Me refiero a que estaba orgulloso de tener, por ejemplo, unos cuantos árboles frutales.

Y claro, también en ese entonces, según recuerdo, tenía varias gallinas.

También lo escuché hablar, orgulloso, diciendo que él mismo había construido  su propia casa.

Cosas así le escuchabas decir, si es que estabas atento.

Así fue pasando el tiempo y don José se fue volviendo cada vez más solitario.

Tanto fue así que, según cuentan, don José comenzó incluso a hacer su propio pan y a salir de casa lo menos posible.

Tal vez por eso fue que, incluso su muerte hace unos días, prefirió hacerla por su propia mano.

Ese era, don José.

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