martes, 24 de octubre de 2017

Arena.


-Ese sector con arena que está a ese lado de la carretera –dijo T.-, estaba antes al otro lado… No el sector, claro, sino la arena que está en él…

-¿Me dice entonces que la arena se cambió de lado? –preguntó F.

-Exacto –señaló T.-. Ocurre cada ciertos años. No es algo brusco, pero supongo que solo nos damos cuenta cuando ya ha sucedido… De pronto estamos caminando o simplemente observamos mejor el lugar y descubrimos que ya cambió de sitio… En las fotos también se aprecia, mire…

-¿Ese es usted?

-Sí… soy yo, pero fíjese en el fondo... en la arena… Las dos fotos fueron tomadas desde el mismo lugar, pero la arena está al otro lado…

-¿La de la foto de la izquierda era su esposa? –preguntó F.

-Sí –dijo T., algo cortante-. Pero no se fija usted en la arena. A nadie parece importarle porque dicen que es por el viento… Los autos van y vienen por la carretera y supongo que da lo mismo a qué lado esté la arena… Un día va a tapar la casa y a nadie le va a importar…

-¿Piensa seguir viviendo acá, después de lo sucedido? –dijo ahora F., un poco más punzante.

-Acá lo único que sucede es que la arena cambia de lado –señaló T.-, lo demás es pasajero… autos que pasan… personas que aparecen en las fotos que luego ya no están… cosas de ese estilo. Pero claro… usted parece fijarse siempre en el elemento equivocado…

-…

-Yo en cambio intento basarme en lo que observo: le digo que la arena se mueve… que algo está pasando, pero usted no me hace caso… Es simplemente otro más de los que cree que es el único que tiene verdadero movimiento…

-Yo no he dicho eso –se defendió F.

-No. No lo ha dicho –admitió T.-. Pero quiere hablar de cosas que no son.

-No entiendo lo que quiere decir –dijo entonces F.

-No puede hacerlo –concluyó T.

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