domingo, 17 de marzo de 2013

Una técnica infalible.



Ella decía que tenía una técnica para aprender idiomas.

Una técnica infalible, decía.

Luego la explicaba.

Y claro: yo entonces tomé apuntes y practiqué.

Intenté con el afgano, el ruso y el georgiano.

Luego con el euskera, el finlandés y el húngaro.

Por último, simplifiqué el asunto e intenté con el portugués.

Pero de todas formas no hubo caso.

Es decir, apenas un par de palabras, o unos pares, pero nunca una frase completa.

Decidí, por lo mismo, quedarme en silencio.

Porque claro, podía recurrir al español, pero con el idioma materno nunca alcanza.

O sea, alcanza, pero no logras visualizar los conceptos fuera de ti.

Y yo, por cierto, quería eso del lenguaje.

Separarme del lenguaje, quiero decir.

Y descubrir, de esa forma, qué parte de mí no era lenguaje, y me era propia.

Quizá era una idea tonta, lo admito.

Sobre todo si lo observo a la distancia.

Pero era una idea mía, ante todo, y quería alcanzarla.

Y claro… fue entonces que me quedé en silencio.

Cinco años me quedé en silencio.

Pero hasta el silencio se transformó en un signo.

Y el signo aquel parecía dividirse en más signos… astillándose.

Entonces, las astillas se enterraron en mi piel, en mi lengua y hasta en mis creencias.

Así, viví perdiendo todo, rasgando significados y cargando el silencio.

Cinco años.

Pasado ese tiempo, la chica esa de la táctica infalible volvió a aparecer.

Tenía aún el mismo semblante y nada en ella había envejecido.

Yo no te engañé, me dijo. Debes estar tranquilo.

Luego se quedó junto a mí.

Decidí entonces morderme la lengua hasta hacerla sangrar.

En otras palabras: no quise tranquilizarme en lo absoluto.

En cambio, elegí crear una nueva lengua.

Una lengua pobre, es cierto, pero al mismo tiempo indescifrable.

Una lengua que se vestía como lenguaje común, como historias extrañas.

Incluso como malas historias.

Todo era parte de un plan, pensé.

Todo.

Es decir, no importaba el euskera, el finlandés ni el húngaro.

Tampoco importaba el afgano, el ruso ni el georgiano.

Y bueno… tampoco importaba mucho el portugués.

Estoy listo, le dije a la mujer, inténtalo con tu técnica infalible.

Y claro… ella lo intentó un tiempo.

A veces se entretuvo, a veces se rió, otras incluso se molestó.

Finalmente, se aburrió y dio por hecho que el idioma tenia significados previos.

Es decir, tradujo cuánto quiso… pero al final perdió todo.

No voy a dar una segunda oportunidad, le dije antes que se fuera.

Ella sonrió y quedó de volver.

Solo entonces, yo comprobé que mi técnica era también infalible.

No voy a dormir esta noche, me dije.

8 comentarios:

  1. ¿no hay una en que los idiomas se inyecten?...sería más rápido y directo!
    =)

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  2. me queda dando vueltas eso de ''tradujo cuanto quiso'', no hace eso uno siempre? interpretar en la medida que puede? ilusamente creer que dialoga?...

    (si hubiese financiamiento para estudiar idiomas de por vida, sería feliz estudiante de por vida)

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  3. Tradujo cuánto quiso, no cuánto pudo... hay cosas que no conviene traducir...

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  4. La palabra preferida de Jorge Amado era la palabra "nalga", así en español. La que más despreciaba, en cambio, era la palabra "nádega", que en portugués significa nalga.

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  5. y uno quiere cuanto puede querer, o no? si se pudiese querer otra cosa se querría... mmm bue la verdad no sé, tampoco alcanzo a dimensionar de qué hablas... pero la mayoria del tiempo uno acciona hasta dónde puede accionar; o es hasta dónde decide accionar? Y puede uno realmente decidir? o se decide también hasta donde se puede?... ya ni sé si estoy de acuerdo con esto que te digo, parece que lo óptimo siempre es el silencio, sin embargo no es la optimizacion o la conveniencia la que nos hace comunicarnos, no? con toda la complejidad que el lenguajear conlleva.

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  6. Había respondido largo y me enredé.
    me traduje mal yo mismo.
    además hasta parecía discusión y no era.
    saludos
    :)

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  7. iihh nuuu, yo tampoco escribí en ánimo de discusión. Espero no sonara así. Además descontextualicé por completo la entrada con otros aliños :S sorry!
    supongo que traduje hasta donde pude :P (y patudamente basado en un día loco quise usar tu texto para excusarme)

    un abrazo! =)

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  8. :) Todo bien. Buen día mañana. El mío se viene "loco" también...

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