“Soy una mala chica.
Soy muy, muy cruel.
Pero los hombres nunca protestan.
Porque yo soy muy bella”
Anna Karina.
Francisca me llama diciendo que no puede salir
porque está calculando sus días fértiles.
-Esos días son tristes –comenta.
Yo insisto un poco, pero en realidad no quiero
salir con Francisca. Lo que quiero es demostrarme a mí mismo que sirvo un poco
para esos ritos, todavía.
-¿Y de haber querido salir, a donde hubieses
querido ir? –le pregunto.
-A bailar –me dice.
-Y si hubieses dicho a comer ¿qué habrías
preferido? –insistí-. ¿Comida hindú o
japonesa?
-Japonesa.
-¿Y si hubieses dicho hindú? –volví a preguntar-.
¿Hubieses preferido un plato condimentado con jengibre o preparado con coco?
-Con jengibre –contestó.
-¿Y si en vez de jengibre hubieses preferido coco? ¿Te
habría gustado probarlo con carne de pollo o de cordero?
-De cordero.
-Pues eres una insensible si no te dan pena los
corderos –le dije-. Y no me interesa salir con chicas insensibles.
-¿Aunque esa chica sea bella?
-Aunque sea bella y aunque el cordero haya sido feo…
-¿Sabes cuál es tu problema? –me preguntó entonces.
Yo dije que no.
-Que tu estilo sería perfecto si fueras atractivo,
pero eres imperfecto como el mundo…
-Perfectamente imperfecto –corregí.
-¿Viste muchas películas de Delon, o de Belmondo?
-¿Qué son muchas?
-No sé, el triple que pocas… -dijo ella.
-¿Y qué son películas? –pregunté.
Ella rió un poco.
-¿Quieres que vayamos a ver una, para que aprendas?
–me dijo.
-¿Y luego qué? -pregunté.
-Luego depende de cuánto te importe la
insensibilidad…
-Me importa la sensibilidad, no la insensibilidad –corregí.
-Entonces no te importo –dijo ella.
Yo me quedé en silencio.
-¿Sabes que hoy me dijeron que me parezco a Anna
Karina? –dijo ella, luego de un momento.
-Claro –contesté-, fui yo el que te lo dije…
-¿Fue un cumplido?
-Fue parte de un rito… -confesé.
-Pero, ¿fue parte de un rito verdadero?
-Los ritos no son verdaderos ni falsos, solo son
necesarios e innecesarios… y eso no depende del rito…
-¿Y juntarnos sería parte de ese rito?
-Hubiese sido parte, pero ahora creo que es del todo
innecesario, y que está de más…
-¿Y es malo lo que está de más?
-Lo peor es lo innecesario… -le dije-, lo que está
de más nos aleja de lo importante…
-¿Y por qué sigues hablando entonces?
-Porque me acabo de dar cuenta y ahora me he dado
diez segundos para colgar.
-¿Cuántos?
-Ahora ocho –le dije.
-¿Y es más bello que yo lo que es importante? –preguntó.
-Profundamente más bello –le dije.
Calculé entonces que quedaban tres segundos.
Y corté.
idea mía o hay una especie de principito en todo esto...? / me encantó de todas formas.
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