Digámosles Haikús.

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Todo lo hermoso
debe decirse
en voz baja.

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Una lágrima olvidada
como llaves que cuelgan
en la cerradura de una puerta.

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Aun sin nubes
el cielo nunca
está desnudo.

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Los muertos escriben
un último mensaje
con sus huesos.

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Ven el rostro de Dios
los que se arrancan los ojos
descreídos.

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Solo los autos olvidados
a un costado de la ruta
han llegado a su destino

*

Las ventanas del hogar
no saben quebrarse
sin romperse.

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No abrimos a tiempo
las cartas que nos envían
quienes decían amarnos.

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Mató los bichos
para oír la noche
y no hubo noche.

*

He encontrado roto
el cuaderno
del mejor alumno.

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Toda la nieve caída
se convierte siempre
en agua sucia.

*

No saben por qué
ni para qué,
pero viven del mismo modo.

*

Riega su sombra
el hombre que quiere
ser resucitado.

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En el circo
el hombre bala
no huye de sí mismo.

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La última vez
que se detiene un tren
se apaga una estrella

*

También carece de sentido
que vaca se escriba
con v corta.

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No salen blancas
las palomas
que ingresan a la iglesia.

*

Quizá planean
algo hermoso para ti
tras las esquinas.

*

No debiese estar,
pero hay una luz
en el patio vacío.

*

La lluvia
golpea distinto
a la mujer deshabitada.

*

Se escondió de la tormenta,
pero el viento
voló su nombre.

*

Te hablo a ti
que has muerto
y ya no eres forastero.

*

Mientras reniego del amor
comienza el día
y los gallos cantan.

*

No debe saberse
lo que existe
al final del camino.