jueves, 1 de junio de 2017

Eso no es cierto.


I.

Ellos ensayan un baile.

Para una fecha especial.

Me piden que yo los grabe.

Y yo no entiendo de eso.

Yo más bien no sé de fechas.

Ni tampoco de momentos especiales.

Ellos ensayan un baile, y yo los grabo.

Luego dejan de bailar.


II.

Vemos la grabación esa tarde.

Ellos comentan sus pasos, la velocidad de unos giros.

Yo los veo observar sus movimientos.

De esta forma, mientras conversan, no saben todavía qué es aquello que observo.

Por su parte, parecen creer en la recolección de instantes.

Cuando creen que están listos, finalmente, volvemos al baile.


III.

No sé mucho de fechas, pero ellos me lo indican.

Una fecha que olvidé, aparente importante.

Una conmemoración de algo.

Un momento propicio para el baile.

Me piden grabarlo, entonces, en medio de esa fecha.

Yo lo hago, o no lo hago, ni siquiera me acuerdo.

Finalmente, ellos dicen cosas que yo anoto.

Es mi única forma, hoy en día, de posible comprensión.


IV.

Ellos están frente a mí y parecen satisfechos.

Son jóvenes de bien, me refiero, nada más.

Repiten cosas y no saben qué es mentira.

-Siete por dos, catorce –dijeron, por ejemplo.

-Eso no es cierto – digo yo.

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