Me dicen que vaya al doctor porque despierto
cubierto de topos.
Al principio me mandaban al siquiatra, pero como ya
comprobaron que es cierto, han cambiado sus recomendaciones.
Con todo, no me animo a ir…
¿Se imaginan…?
¿Cómo le digo a un doctor que cada cierto tiempo me
despierto cubierto de esos pequeños animalitos?
Las primeras veces sucedió tras dormir al aire
libre.
O sea, no exactamente al aire libre, pero dentro de
una carpa en medio de un lugar abierto, en esas típicas arrancadas a la
montaña.
Lo extraño es que ahora último esto me ha ocurrido
al interior de casas, o hasta en un piso alto de departamentos.
Con esto último, además, debo admitir que ya no hay
posibilidad de alguna interpretación lógica.
Como pruebas, me he limitado simplemente a algunas
fotos… y bueno, el otro día unos amigos me grabaron junto a seis pequeños
topos.
Dentro de este último punto, por cierto, (dentro
del punto de almacenar pruebas), no he querido retener a ninguno de estos seres.
Simplemente los tomo –debo reconocer que al
principio me producían un cierto rechazo-, y los llevo hasta un lugar con
tierra… cavo un poco y los dejo ahí, junto al terreno blando.
Y sí, es muy probable que esos topos no emerjan
precisamente de la tierra, pero no se me ocurre de qué otra forma tratarlos.
Me refiero a que parecen cegados, al amanecer, y
sus cuerpos pequeños y suaves supongo que no están hechos para la vida acá, en
la superficie.
Y es que a veces es tan difícil la vida acá, en la
superficie…
Si hasta yo veo un poquito menos, en cada nuevo
amanecer.
me costó encontrarlo pero me acordé: http://vian-ordenarlabiblioteca.blogspot.com/2011/06/un-topo-el-topo.html
ResponderEliminarme gustaba más ese
Me recordó a Cortázar que vomitaba conejitos. Cada cual con lo suyo, Vian. Beso!
ResponderEliminarTal vez, a veces, no sea necesario abrir los ojos sino hasta que vuelva a oscurecer... Saludos Vian...
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