lunes, 23 de enero de 2012

Muchos personajes.

“Lo peor es que cada uno de ellos
creía tener, sinceramente,
una historia propia”
Alice Munro.


-La amiga de Juan y vecina de Miguel le dijo al tipo ese que su novela era una mierda porque tenía muchos personajes –dijo ella.

-¿Y era cierto? –preguntó él.

-No sé. Antonia dice que sí, pero ella solo repite lo que opina Pedro –dijo ella-, aunque a su vez, él repite lo que le dice Andrés, que es la pareja de la amiga de Juan… así que ya ves, todo se origina donde mismo.

-Como el big bang –dijo él.

-Claro –dijo ella-, aunque por otro lado, es fácil estar de acuerdo con ellos, porque bueno… tú ya sabes lo que pasa cuando en una novela hay muchos personajes.

-¿Qué pasa?

-¿No sabes qué pasa? ¿No has leído a Lipovetski?

-Hace mucho –dijo él.

-Pues bien –dijo ella-, Lipovetski habla de la excesiva cantidad de puntos de inicio para los discursos configuradores de mundo… y critica, tomando las palabras de Winggarden, la inestabilidad de los soportes en que se sustenta el mega discurso… y claro, su incapacidad, desde ahí, para oponerse a un sistema…

-¿Sabes? –dijo él-, ahora que lo nombraste, me acuerdo que Matías me tiene un libro de Lipovetski.

-¿Cuál Matías?

-El hermano de Juan, ¿te acuerdas…? Creo que está de pareja con Verónica, o al menos Patricio me contó que los vio juntos…

-Pues no creo –dijo ella-, yo tenía entendido que Verónica andaba con Samuel, el primo de la Mary…

-Mmm… quizás, Patricio no es muy confiable…

-Sí, yo también creo eso.

-…

-Oye, ¿y te animas a leer la novela, finalmente? –dijo ella.

-¿Qué novela?

-La del tipo ese, que te decía… la que tenía muchos personajes…

-¿No será muy enredada?

-No sé… la vida también tiene muchos personajes, si es por eso…

-Y justamente la vida es un enredo… -dijo él.

-Puede ser… pero es la vida…

-Sí, pero por lo mismo –dijo él-, en la vida puedo entenderlo, pero en una novela es inaceptable.

-¿Y qué le digo entonces a María Paz?

-¿Y qué tiene que ver María Paz?

-Es que ella me hizo el encargo, dijo que tal vez a ti te interesaría leerla y que le podías encontrar el centro.

-¿El centro de la novela?

-Sí, el centro –dijo ella-, como el tapón, para sacar todo el agua y ver si había algo en el fondo…

-¿Y tú crees que es llegar y decir si algo tiene un fondo?

-Todo debe tener fondo… y hasta un centro, si lo piensas –dijo ella-. El punto es saber no quedarse en el enredo de los nombres y ver realmente de qué se está hablando.

-¿Y qué pasa si encentro el centro ese y arranco el tapón y todo se va a la mierda? –dijo él.

-No entiendo.

-¿Qué pasa si encuentro el centro y logro vaciar la novela y se van con ella todos ustedes… María Paz, Samuel, Miguel, Lipovetski…?

-Eso es estúpido… -dijo ella.

-Quizá no –dijo él-, de pronto vaciamos de agua todo esto y solo quedan nuestros nombres saltando como peces fuera del agua…

-¿Y luego?

-¿Luego qué?

-¿Qué pasaría luego? –dijo ella.

-Luego nada –dijo él-. Luego nada.


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