I.
Si es que esto parte en algún sitio es en una cita de Víctor Hugo.
Aquella cita, que por lo demás no recuerdo con exactitud, utiliza en alguna parte esa expresión: “materia ciega”.
En concreto, creo que dice que el hombre utiliza la materia ciega.
Puede que me equivoque, pero lo que intenta recalcar Víctor Hugo es que es el hombre quien, a partir de su pensamiento y voluntad, transforma esa materia ciega en algo más.
Así, soplando sobre ella -al igual que la imagen del aliento divino que da vida al hombre-, el hombre haría “temblar” esta materia.
Haciéndola vibrar, digamos, como a las hojas en un bosque.
Con esto, la materia dejaría de ser ciega en el sentido que percibiría al hombre.
A través del aliento, digamos, que intenta transformarla en otra cosa.
II.
Apariencia de vida para lo que ya tiene vida.
No sé si era algo necesario, pero ya está.
Como si de la materia ciega nos pasáramos a la masa ciega, tratando aquello como si fuese lo mismo.
¿Quién pudo, sin saberlo, haber hablado de esa forma?
III.
De igual manera -aclaro-, no me importa.
Después de todo, la verdad no es exacta y pocas veces se deja nombrar.
Por eso, si es que esto termina en algún sitio, yo diría que lo hace en una pregunta.
Una cualquiera, por cierto, no en una trascendental.
Mientras pienso en aquello, me pregunto lo siguiente:
¿Las cuerdas vocales vibran porque las hacemos vibrar?
Cuando llego a la respuesta ya es tarde.
Y elijo olvidarla, igual que al asunto ese del que hablaba en un inicio.
Ya saben… eso sobre la materia ciega.
Y algo más.
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