sábado, 10 de agosto de 2019

Un niño conduciendo un auto.


Casi todos los días pasa un niño conduciendo un auto por esta calle. Bueno, pasa más bien un auto conducido por un niño. Poco antes que oscurezca es que pasa. Es un auto blanco. No muy grande. La primera vez que me fijé que lo conducía un niño, pensé que tal vez era un auto robado o algo así. Aunque el niño que lo manejaba me pareció tranquilo. Un buen niño, digamos, no un delincuente juvenil. Sé que es feo decirlo así, pero es la impresión que le causaría a cualquiera. Pude verlo bien porque me topé con él en la esquina, mientras esperaba a que dejaran de pasar los autos que venían por la otra calle. Además, ni siquiera me dio la impresión de que fuese adolescente. Era como es el estereotipo de un niño. Me refiero a que todavía podría salir en un comercial donde vendieran juguetes y esas cosas. Ya sabes, para el día del niño, o una fecha así. Lo comenté con la chica de la botillería y me dijo que era cierto. El niño vive a unas pocas calles y tiene, según ella, no más de once o doce años. Me contó que el padre le enseñaba a manejar y antes se sentaba al lado de él, en el auto, mientras lo iba guiando. Sin embargo, creo que lo autorizó a dar una vuelta a la manzana si él no llega a tiempo, luego del trabajo. Cosa que ahora sucede, al parecer, casi todos los días. Esto me lo comentó el peluquero, que fue a hablar con el padre y pensó en denunciarlo, y que se sumó a la conversación pues tiene su local al lado de la botillería y pasa mucho tiempo en ella, supongo que intentando acercarse más a la chica que la atiende y que está bastante bien. Igual pasa lento y es cuidadoso, dijeron entonces, como si se hubiesen puesto de acuerdo y yo hubiese pensado en denunciarlo o algo así. Y los niños no son como los de antes, concluyó la chica, aunque sin explicar a qué se refería. Mientras volvía a casa, luego de la conversación, pensaba que tal vez era cierto. Lo de que no es grave, me refiero. Es un niño conduciendo un auto, nada más. Dando vueltas a la manzana, porque su padre no llega. Otra forma de crecer y hacerse adulto, como cualquier otra.  Como un bebé en una incubadora, incluso, podría ser. Un pequeño ser humano, me refiero, creciendo en una máquina.

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