martes, 27 de agosto de 2019

¿En qué pienso?


¿En qué pienso? Pues ahora mismo estaba pensando en la primera esposa de Barbazul. Le daba vueltas a la historia porque recordaba que, en ella, Barbazul asesinaba a las mujeres luego que abrían la única puerta que él les había prohibido abrir. Les entregaba un manojo de llaves, según recuerdo, donde faltaba únicamente aquella que permitía el acceso al cuarto prohibido, en el que cada una de ellas descubría -pues terminaban entrando igualmente de una u otra forma-, los cuerpos de todas las ex esposas, asesinadas porque habían abierto, justamente, esa misma puerta.

Daba vueltas a los hechos, decía, porque si bien la historia me parece clara, comienza a oscurecerse cuando piensas en la primera esposa de Barbazul. Y es que ella, concluí, no debiese haber encontrado cadáver alguno en aquel cuarto, por lo que su muerte no puede ser explicada de la misma forma que la de sus sucesoras.

Tal vez alguna versión de la historia lo diga en todo caso -ahora recuerdo simplemente una que leí hace muchos años y no he corroborado en otro texto-, pero lo cierto es que la ausencia de una explicación para esa primera muerte hace que el resto de los sucesos carezca de solidez y la historia completa amenace entonces con venirse abajo.

¿En qué pienso, preguntabas…? Pues en eso. En la primera esposa de Barbazul y cómo se desdibujan las historias. Y cómo todos los hechos que a veces crees unir sólidamente hasta formar una secuencia satisfactoria, pueden carecer del eslabón necesario para mantenerse en el tiempo.

En el mundo, pensaba.

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