martes, 25 de septiembre de 2018

Una especie de ensayo.


M. estaba arreglando una máquina para cortar el pasto y se cercenó un dedo.

El anular de la mano derecha, para ser exactos, que quedó atrapado entre las cuchillas de la máquina.

Por un momento, en medio del dolor, M. pensó en ir por hielo y llevar su dedo al hospital por si se podía hacer algo.

Luego pensó que lo que ha de hacerse ha de hacerse de todas formas.

No sabía bien qué significaba la frase, pero lo cierto es que  fue al doctor principalmente para frenar la hemorragia.

Le pusieron una prótesis fija, sin mayor movilidad, que podía utilizarse como una especie de guante.

Intentando encontrarle sentido a lo ocurrido llegó a pensar que perder un dedo podía ser una especie de ensayo.

Un ensayo antes de perder otras cosas. O antes de perderlo todo.

Dándole vueltas a esa idea, M. pensó en hacer una lista donde iba a anotar todo lo que podía perder.

Pasaron días, sin embargo, y la lista seguía en blanco.

Finalmente, tras cortar el pasto (que había crecido más de lo habitual luego del accidente), anotó en la lista los dedos de las manos que le quedaban.

Luego no volvió a pensar en aquel asunto.

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