domingo, 17 de septiembre de 2017

Doce monjes (Canción tibetana - Traducción)


Doce monjes que son once van caminando por un bosque.

Avanzan en silencio, porque son monjes.

El bosque no avanza, porque es bosque.

Doce monjes que son once van caminando por un bosque.


Un templo de madera, sobre una montaña, los espera.

Sin moverse, los espera, porque es templo.

No hay Dios en el templo, porque no hay Dios.

Un templo de madera, sobre una montaña, los espera.


Doce monjes que son once llegan al templo, en la montaña.

Es el templo correcto, porque la montaña es la correcta.

Entran todos al templo, porque ese es el lugar.

Doce monjes que son once llegan al templo, en la montaña.


En el templo, desde fuera, los monjes parecen rezar.

Por el mundo rezarían, si es que el mundo les importa.

Por el templo rezarían, si es que comprenden la señal.

En el templo, desde fuera, los monjes parecen rezar.


Doce monjes que son once pasan tres días en el templo.

Tres días y sus noches, pues no se pueden separar.

Es un templo de madera, porque la carne está de paso.

Doce monjes que son once pasan tres días en el templo.


El fuego, en el templo, comienza a arder el tercer día.

Carne y madera, pues el fuego no distingue que quemar.

En silencio está el templo, porque en él hay monjes.

El fuego, en el templo, comienza a arder el tercer días.


Doce monjes que eran once, se fundieron con un templo de madera.

Se pierden sus nombres, pues no los voy a cantar.

Sus cenizas van al mundo, pues hay viento en la montaña.


Doce monjes que son once, se fundieron con un templo de madera.

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