Fui al baño y cuando volví ella había volteado su
silla para ver a un tipo que estaba cantando con una guitarra.
-Es ciego –me dijo.
-¿Quién? –pregunté.
-El cantante… el hombre de allá –me indicó.
Luego, nos quedamos en silencio, sin vernos las
caras y el ciego empezó a cantar.
Se trataba de una canción que hablaba justamente de
un ciego.
-No tiene gracia –le dije, algo molesto-. Es un ciego
cantando una canción que trata sobre un ciego.
-Cállate. Solo tienes envidia…
-No es cierto. Lo que pasa es que no creo que él logre
llegar a ver de esa forma.
-¿Llegar a ver?
-Claro… ¿acaso no quiere un ciego llegar a ver?
Ella no me contestó.
Luego el ciego dejó de cantar y todos aplaudieron.
Minutos después pasó por nuestra mesa.
-Canta usted maravilloso –le dijo ella.
-Gracias –dijo él.
Yo no dije nada.
Luego, ella le pasó dinero y él le dejó un dulce,
sobre la mesa.
-¡Qué amable…! –comentó ella, mientras él iba a
otra mesa.
Yo intenté callar, pero al final no pude.
-No habría cantado maravilloso de no ser ciego… –señalé.
-¿Qué quieres decir?
-Dices que canta maravilloso, pero si hubiese sido
un vidente que cantaba sobre un ciego, no lo habrías considerado de esa forma.
-¿Y eso te parece mal?
-No mal, pero sí injusto –contesté.
Ella sacó un cigarro y lo movió entre sus dedos.
-Estamos solos –señaló.
Luego, se paró del lugar, tomó sus cosas, y se fue
caminando tranquilamente.
Entonces, aún a medio reaccionar, mientras la
miraba irse, tomé el dulce que había dejado sobre la mesa y le saqué el
envoltorio…
¿Y saben…?
El dulce tenía exactamente el mismo envoltorio
nuevamente.
Podía ser una falla de fábrica, o quizá hasta el
símbolo de algo… pero lo cierto es que no logré unir ningún significado y
decidí dejar las cosas tal cual.
Finalmente –aunque no sé bien con qué motivo-,
busqué al ciego con la vista, pero no lo hallé.
Hay quienes no aprecian ni un milagro aunque lo tengan en frente...cuestión de actitud!
ResponderEliminar(lo del doble envoltorio lo tenías merecido!)
-Los ciegos tienen mejor oídos musical que nosotros los videntes, por que nosotros nos distraemos con la mirada.- Pero aun así, yo creo que los defectos físicos no significan mucho, uno puede hacer lo que se proponga, lo que quiero decir, es que una persona con discapacidad puede hacer lo mismo que una sin discapacidad.
ResponderEliminarPara entrar a mi orquesta hay una audición y demasiados jóvenes postulan, y es complicado por que llegan de todo chile a postular. Este año entro un chico de cello sin dedos, y saco la mejor nota de ingreso, toca todos los pasajes difíciles y toca lindo, como si tuviera dedos. No tiene nada que envidiarle a los demás, omitiendo el echo de que no tenga dedos, por que para él no es una discapacidad, él toca a mismo nivel de los demás chicos de su edad, sin sentirse inferior. La discapacidad es mental... Ese señor no tiene por que dar pena sobre su condición haha.
Saludos!
sí... acá intentaba hablar de quedarnos en nosotros mismos, de cantar el problema al que nos reducimos, y lo decía un poco por mí (por el blog, quizá, a ratos). Es decir, soy yo disfrazado de él alegando por algo que me estaba molestando de mí mismo. Por eso el dulce tiene dos papeles. Y por eso quizá me trato con algo de rabia, porque me está costando más que antes salir de mí mismo. (Por eso ella me dice que estamos solos también, antes de irse)
ResponderEliminarSaludos también.
El cello tiene voz humana, decía Sukind.
Por eso cuando escucho a alguien tocar/cantar, cierro los ojos, para no verme influenciada por quien es.
ResponderEliminarSaludos.