lunes, 22 de septiembre de 2025

Cuestión de cálculo.


"Lucho contra ideas de cuya existencia
ni siquiera estoy seguro".
A. W.


I.

Intentó hacer funcionar durante algunos años un negocio de compra y venta de vehículos usados.

Un par de compras por semana y un par de ventas, en promedio.

Al final, haciendo cálculos, descubrió que no había perdido ni ganado absolutamente nada.

Cuatro años y el cálculo final fue cero, comprobó.

No hay números rojos ni números azules, se dijo.

Simplemente no hay números.

No supo si eso era bueno o era malo.

El cero, por supuesto, no contaba.


II.

Es un poco como la ley de conservación de la energía, me dijo, cuando hablamos del tema.

Me refiero a que no suena tan mal, probablemente, pero si te pones a analizarlo es algo terrible.

Desesperanzador incluso, si eres de los que ansía algún tipo de cambio.

Es decir, todo se recalienta, se manosea y se lleva simplemente de un lugar a otro.

Yo lo observaba, mientras hablaba.

Me parecía sincero.

Me refiero a que percibí como verdadera su molestia, su desencanto…

La rabia incluso que no sabía hacia dónde dirigir.

El cero es el verdadero número del diablo, comenzó a decir luego de un rato.

Y lo repitió, de hecho, al menos sunas eis o siete veces.


III.

Una vez le vendí a un tipo el mismo auto que él me había vendido, me contó.

Me había negado al principio, diciéndole que mi negocio no era una casa de empeños, pero él insistió.

Días después, acabé vendiéndoselo nuevamente, por un veinte por ciento más del dinero por el que lo había comprado.

Él quedó conforme y yo no sé, en realidad.

Supongo que me sentí incómodo, tal vez

Pero no estoy seguro.

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