viernes, 8 de octubre de 2010

Nobel para Vargas Llosa.

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Me cae mal Vargas Llosa. Principalmente por su posición política, aunque también hay otras razones. Por ejemplo el hablar de penurias económicas mientras estuvo en Europa, y mostrar su "gran vida sacrificada", cuando no fue así, y lo único que tuvo que hacer fue trabajar poco menos de media jornada, para vivir sobre la media de la gran mayoría de los latinoamericanos que hoy dice representar.

Otra de las cosas que me distancian es su forma de ver la literatura, de entendarla casi como objeto, como construcción, como fruto de la técnica, o de estudios, u otras cosas así de concretas... aunque no es mi intención alargarme sobre este asunto.

Más allá de eso, sin embargo, hay que reconocerle a Vargas Llosa muchas cosas. Entre ellas el trabajo sostenido, que constituye por otro lado el anverso de esta literatura como objeto que señalaba antes, -y que por mucho tiempo rechacé por privilegiar al genio y el caos, sin darme cuenta de la valía de este aspecto-, y el haber escrito algunas obras notables, aunque ya haya pasado mucho tiempo desde aquello.

Y es que hay en las primeras obras de Vargas Llosa, algo que trasciende a esa construcción, algo humano que no tiene toda su última literatura y que lo lleva, incluso -aunque esto ocurra en mínimas ocasiones-, a emparentarse con Faulkner, por razones que van más allá de ciertas "técnicas narrativas", -que el escritor peruano siguió deliberadamente en algún momento de su carrera-, y que lo hizo en ocasiones, encontrarse cara a cara con lo que podríamos aventurarnos en llamar "el espíritu humano", eso que era el hombre y que debía prevalecer y de lo que habló Faulkner en su discurso cuando le tocó también recibir el Nóbel, aunque eso es ya situarnos en otra altura.

Dentro de las obras notables de Vargas Llosa -de las que excluyo Conversación en la Catedral, donde la técnica y el armado prevalecen ante ese otro humano que está ahí presente-, destaco La ciudad y los perros, principalmente porque contiene esa fuerza de juventud, una rabia contenida en los personajes, un peso que arrastran y comparten, al parecer, con el propio autor y que no deja sin embargo, de estar bien escrita, bien desarrollada, bien conducida en todo momento -quizá porque las sensaciones humanas fluyen libremente por la literatura cuando ésta logra encauzarlas-.

Me gusta también la alegría y la simpatía hacia el personaje que me hace sentir La tía Julia y el escribidor -aunque quizá objetivamente no sea un gran libro-, y pequeños aspectos en esta misma línea que tiene Pantaleón y las visitadoras -aunque sin alcanzar el carisma que lograba ese tipo que se enredaba con los radiotatros y con las historias que contaba en La tía Julia...-.

También encuentro de gran altura los fragmentos de El hablador, en que la narración se desarrollaba desde la voz de los antiguos relatos indígenas, y pequeños fragmentos de otras novelas, aunque ponerme aquí a nombrarlas sería intentar algo demasiado extenso y antojadizo, pues no recuerdo haber leído a Vargas Llosa, al menos, en el último año, -o quizá dos-.

Y es que me gusta de su literatura, -así como de toda literatura-, ese algo vivo que prevalece sobre perfecciones técnicas y de estilo, me gustan esos errores, esa carne que se deja ver entre el traje confeccionado a medida... Me gusta cuando sus personajes se atreven a decir algo por su cuenta... cuando siento que Vargas Llosa decidió no borrarles ese parlamento, aunque no fuese un aporte concreto para la obra, y hasta se escapa del corpus... me gusta cuando Vargas Llosa comienza a quererlos -porque a veces lo hace, de vez en cuando-, cuando llega incluso a manifestar afectos por aquellos que, políticamente por ejemplo, mantenían una visión lejana a la de él... En definitiva, me gusta todo aquello que en Vargas Llosa no es fruto del trabajo, ni del talento, sino que brota de sus afectos y de su comprensión humana, aparecida ahí en medio de sus libros de forma inesperada, como un hijo no planificado, y que es por lo tanto fruto directo de la pasión y de aquello que es tan humano que no podemos contener.

Es por eso quizá que la novela que más me gusta de Vargas Llosa es La Casa Verde, donde esa gran labor narrativa, llega a ser sobrepasada por el elemento humano -por la casa verde en definitiva-, que permanece como una lámpara al interior de ese libro, produciendo una luz que posee una fuerza que no está en ninguno de sus otros libros, y que, intuyo, tampoco es fruto de su voluntad ni directo resultado de su trabajo... esa luz, digamos, que es también aquello trascendente que sobrepasa la buena escritura cuando dejamos que por ésta fluya un elemento vivo y nos hacemos conscientes que no podemos manejarlo ni hacerlo vivir a nuestro antojo... que es algo así como un pájaro que se mete al interior de tu casa cuando se siente atraído por ella, y que, incluso, hasta puede posarse en tu hombro y comer de tu mano, cuando te ha visto lo suficientemente cercano -y brillante-, como para hacerlo.

Y es que en definitiva, La casa verde es ese libro plenamente vivo que escribió Vargas Llosa, aquel que me lleva a alegrarme de que haya recibido el premio y que espero algún lector encuentre y valore si es que van a dar con él en ese ir a tientas buscando libros de escritores premiados... y sepan ver en él a esa ave revoloteando, o caminando adentro...

Ojalá prefieran ese tipo de hijos a esos que son fruto de la frialdad y la planificación y el cálculo -como La fiesta del Chivo o cualquiera de las obras que ha publicado en las últimas décadas este escritor- y no comiencen tampoco a darse vuelta otra vez con esa basura del Boom -como término-, uniendo colores tan distintos como el gris/azulino/gris de Onetti, o los colores chillones/brillantes -y geniales- de Fuentes, o hasta el blanco/ocre/nácar de Donoso... ojalá no comience nuevamente a hablarse de ese invento y nos quedemos nuevamente contemplando la jaula, y no veamos si hay algo vivo adentro... algo que quiere salir, y donde se encuentra además la vida, y el verdadero canto.


2 comentarios:

  1. Hola.

    Excelente descripción sobre la obra de Vargas Llosa.

    Dejo link sobre libros.

    http://www.podcaster.cl/2010/10/algunos-libros-12/

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