miércoles, 3 de abril de 2024

¿No creen?


Cada dos semanas, aproximadamente, M. toma todo lo que hay en su refrigerador. Luego lo corta y lo sofríe. En una tienda cercana compra masas para horno. Y hace empanadas que suelen durarle casi toda una semana.

-Es como la multiplicación de los panes -me dice, riendo-. Yo ya ni lo analizo porque me parece magia.

Yo le doy la razón.

Mientras tanto, desocupo el horno de mi cocina, pues M. no tiene horno.

Mientras se hacen las empanadas (generalmente las ponemos en dos tandas), solemos hablar de libros y películas.

Nos llevamos bien, aunque no tenemos muchos gustos en común, salvo Godard y Patricia Highsmith.

Ella me recomienda libros que yo no voy a leer y yo hago lo mismo, desde mi lado.

Lo mismo con series y películas.

Cuando sale la primera tanda de empanadas comemos un par juntos y tomamos té, café o cervezas.

Eso depende del día, por supuesto.

Generalmente les hecha un poco de queso para unir los fragmentos que a veces prefiero no reconocer.

Cuando se va, me suele dejar dos o tres más que yo llevo al trabajo al otro día.

Cuando no estoy en mi casa suelo dejarle las llaves para que ocupe el horno sin problemas, pero ella prefiere no ir.

Por eso decía en un inicio que esto ocurría cada dos semanas, aproximadamente.

Después de todo, un día más o un día menos, no suele ser de gran importancia.

¿No creen?

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