sábado, 4 de noviembre de 2017

El robot de Tomás.


Para el proyecto escolar el grupo de Tomás hizo un robot que se llevó todos los premios. De hecho, la mayoría de los profesores apenas se separaron del lugar donde dicho grupo exponía y ni siquiera terminaron de revisar los otros proyectos participantes. Por esto, varios padres y alumnos se mostraron molestos cuando Tomás y su grupo debieron subir al escenario a recibir el premio y en pantalla se proyectaba un video con las funciones del robot fabricado. Así, si bien hubo algunos que solo se mostraron indiferentes, a medida que avanzaban las imágenes comenzaron a oírse los primeros abucheos y ya hacia el final, cuando en el video se decía que el robot aparentaba respirar en su función de reposo, llegaron al escenario los primeros objetos lanzados por algunos estudiantes. En general, los objetos lanzados correspondían a fragmentos de los otros proyectos, por lo que la situación resultaba potencialmente peligrosa, sobre todo considerando los elementos químicos asociados a algunos trabajos, y la gran cantidad de vidrio utilizado por algunos otros (espejos, vasos, tubos de ensayo y otros tantos). De hecho, cuando uno de estos vasos dio en la cabeza de Tomás y se pudo observar por primera vez la sangre sobre el escenario, los pocos espectadores sensatos que quedaban en el lugar se pusieron de pie y consideraron huir, en medio del tumulto. Lamentablemente, en medio de este desorden, comenzaron también  los más exaltados a lanzar otras cosas, incluido golpes, lo que poco a poco nos fue llevando a la situación que todos conocemos y lamentamos. Finalmente, cuando los carabineros que acudieron al llamado lograron detener a algunos y controlar la situación, algunos comenzamos a preocuparnos por el robot construido, que no aparecía por ningún sitio. Afortunadamente, horas después, mientras se limpiaban los destrozos, el robot apareció escondido bajo el escenario, en actitud de reposo, simulando dormir y respirar tranquilamente lo que llamó nuevamente la atención de los pocos que quedábamos en el lugar. Doy fe, por cierto, que el robot fue guardado en la oficina de dirección y que estaba funcionando cuando nos fuimos del lugar. Por lo mismo, señalo que no tengo nada más que declarar al respecto, y reitero que soy absolutamente inocente de todo lo que se me imputa.

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