miércoles, 28 de febrero de 2018

Presente.


Estuve presente cuando asaltaron el banco.

Hacía la fila hacía media hora, para recibir mi sueldo, cuando un hombre pasó por mi lado y fue directamente donde la cajera.

Junto a la puerta, en tanto, aunque esto no lo supe hasta después, otro hombre se posicionaba junto al guardia.

Fue entonces que ambos hombres sacaron sus pistolas.

Uno de ellos apuntó al guardia y el otro a la cajera, aunque al mismo tiempo miraba de reojo a los que estábamos en la fila.

Luego, nos gritaron para que nos tiráramos al piso, boca abajo.

Desde el piso, sin embargo, pude ver incluso de mejor forma aquello que ocurría.

Mientras uno de los hombres había encerrado al guardia en el baño, el otro guardaba el dinero que le entregaba la cajera en un bolso.

Se veían inquietos.

De hecho, daban la impresión de no haber querido estar ahí.

Son hombres comunes, recuerdo que pensé en ese instante.

Son como yo o como cualquiera, salvo que están asaltando un banco, pensaba.

No debo haber dejado de mirarlos hasta que abandonaron el banco, con un bolso lleno de billetes.

Tras esto, los que estábamos en la fila nos pusimos de pie, todavía conservando los puestos.

Y claro, llegó la policía.

Ni siquiera nos preguntaron si vimos algo, simplemente hablaron con el encargado de la sucursal y se fueron a su oficina.

Otro policía se puso en la puerta y tras unos instantes salió una persona del banco a decirnos que nos atenderían, pero por otra caja, pues debían chequear cuánto era lo robado.

Pasó así otra media hora hasta que cobré mi sueldo, y me fui del lugar.

Yo soy como ellos, me dije entonces, solo que ellos no tienen blog y yo aún no he asaltado un banco.

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