sábado, 24 de febrero de 2018

Al borde del milagro.


Él y ella planean robar un banco. Aunque en realidad no es precisamente un banco, pero como idea general está bien. Para que no los descubran  consideran importante varios aspectos en el plan. Uno de ellos dice relación con no gastar nada en absoluto durante cinco años. Seguir con su vida tal cual, digamos, durante aquel periodo. Cada uno con su trabajo y su vida familiar, que por lo demás es común. Acuerdan entonces esconder lo robado en un sitio de mutuo conocimiento, pero de difícil acceso. Entonces de disponen a ejecutar el plan.

Ella y él roban un banco. O sea, no es un banco precisamente, pero para hacerse la idea está bien. Todo sale de acuerdo al plan y nadie resulta herido. El monto del robo, además, resulta mayor del esperado. Luego del atraco, viajan doscientos kilómetros para esconder el dinero, durante cinco años. Ambos hacen un juramento para no violar el acuerdo. Ella le dice a él que juren por su hijo, pero el responde que no tienen. Segundos después entiende la noticia y ambos se abrazan y regresan hasta su casa. Siguen con sus vidas tal cual, aunque buscan un trabajo algo mejor, pensando en que ahora tendrán un hijo.

Él y ella viven tienen mellizos y viven bien durante cinco años. Durante este tiempo, según el acuerdo, nunca volvieron a hablar del dinero robado. Los mellizos han crecido y no han pasado mayores dificultades. De hecho, él y ella podrían decir sin temor a engañarse, que llevan una vida feliz. Por lo mismo, olvidan el acuerdo hasta que ven una película sobre el atraco a un banco. Entonces calculan que ya han pasado casi seis años y estiman que debiesen regresar por el dinero. Él y ella acuerdan sin embargo, esperar a los seis años exactos, para planificar algo más.

Ella y él viajan con los mellizos hasta el lugar donde escondieron el dinero. Cada uno por su cuenta piensa que es mejor no hacerlo, pero no terminan por confesar sus ideas al otro. Además, no debiese existir un verdadero peligro a esta altura. El dinero alcanza para dejar de trabajar y vivir en cualquier sitio hasta que los mellizos, al menos, hayan dejado la universidad. Tras los cálculos, vuelven entonces a su casa con el dinero repartido en tres mochilas pequeñas. Él y ella piensan, durante el viaje, que todo estaría mejor si dejan las cosas como están. Justo entonces, al borde del milagro, ocurre la catástrofe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales