martes, 13 de febrero de 2018

Pobre hombre.

“Todas las causas, pobre hombre,
o casi todas las causas,
están perdidas, pobre hombre,
de antemano.”

Escucho una canción sobre un hombre
que intentó quemarse a lo bonzo.

Es un tema del cancionero americano,
que ha sido interpretado por distintas voces
a lo largo del tiempo.

No es una canción muy popular,
pero me gusta su letra
y la versión que escucho ahora
agrega un par de versos
que no estaban presentes
en las versiones anteriores.

La letra de la canción, por cierto,
habla sobre un hombre que se roció bencina
e intentó quemarse a lo bonzo,
pero fracasó pues al empaparse
mojó también los fósforos
con los que pretendía dar inicio al fuego.

Pobre hombre, dice la canción, en su coro,
doblemente un pobre hombre.

Buscando información sobre la letra,
encuentro datos sobre el hombre real
cuyo intento de arder
había dado pie a la canción.

Asimismo,
me entero que el mojar los fósforos,
o inutilizar el encendedor con la misma bencina
con la que se cubre cada hombre,
es algo que ha ocurrido en numerosas ocasiones
cuando se intenta este tipo de actos.

En el caso de la historia referida la canción,
el hombre incluso habría ingerido bencina
para arder más rápido,
por lo que estuvo intoxicado y al borde de la muerte,
durante varios días
antes de ser sentenciado a dos años de prisión.

Por otro lado, respecto a la causa que defendía,
esta no se menciona en parte alguna de la letra
y tampoco consigo encontrar datos sobre ella
en ningún sitio informativo,
por lo que el coro de la canción pasa a ser, entonces,
todavía más certero.

Pobre hombre, dice la canción, en su coro,
doblemente soy un pobre hombre.

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