jueves, 10 de noviembre de 2016

Lo que hay en la sangre.

“Lo ha dicho sin mucha fe porque los dos sabemos
que sea lo que sea que está en la sangre,
en la sangre no hay nada de eso”.
R. L.

Vaya a saber uno,
lo que hay en la sangre.

Y es que si me lo preguntan a mí,
yo respondo sin pensarlo:
sangre.

Pero claro,
respuestas así poco aportan
y es necesario entonces
armarse de valor
e investigar un poco.

Me hago así un ligero corte
en una de mis manos
y observo salir la sangre.

Tras esto, arrojo mi primera conclusión:
la sangre no está hecha para salir de uno.

Llego a esta conclusión, por supuesto,
por una gran cantidad de observaciones,
aunque por el momento me remito a la más obvia:
la urgencia de la misma sangre,
para frenar la huida desde el cuerpo.

Lamentablemente, en todo caso,
con la observación anterior solo me acerco tangencialmente
a explicar qué hay en la sangre.

Respuesta tentativa tangencial,entonces:
la sangre está hecha de uno mismo.

Ahora bien,
como la respuesta anterior es más bien
un bosquejo de respuesta,
me dispongo a realizar un acercamiento
un tanto más variado.

Y claro, esta vez me hago un ligero corte
en otro sitio,
y me dispongo a ir por el sabor.

Pero claro,
la sangre no se deja,
me refiero a que te mancha,
te provoca sensaciones,
te impregna de un aroma intenso,
se te devuelve en la garganta, incluso,
pero no es correcto decir, finalmente,
que extraes de ella sabor alguno.

Por lo mismo,
supongo que al salir de uno
la sangre pasa a ser una sustancia obsoleta:
pierde sus propiedades, digamos,
y sin más se descompone.

Por lo mismo,
lo que hay en la sangre,
no es solo uno mismo,
sino que también es algo
que deja de ser lo que era,
apenas sale de nosotros.

Conclusiones apresuradas:
Como la sangre está hecha de uno mismo y deja de ser lo que era cuando sale de uno, uno mismo deja de ser quién es cuando sale de sí. Por lo tanto (segunda conclusión), para seguir siendo uno mismo debiésemos mantenernos dentro de nosotros mismos. Como dentro de esos disfraces gigantes de osos o cosas similares.

Otras notas:
Me realizo otros cortes y compruebo observaciones.
Asimismo, intento lograr nuevas conclusiones.
No lo logro, por supuesto.
De hecho, a pesar de conclusiones apresuradas previas, pienso que si me preguntan de improviso qué es lo que hay en la sangre, vuelvo a decir sangre, nada más, y nadie podría decir, ante eso, que no sea verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales