domingo, 24 de julio de 2016

El alma de las fiestas.


I.

Ella me dijo que era el alma de las fiestas.

Estaba orgullosa.

Ser el alma de algo, ya sabes.

El espíritu.

Entonces yo le pregunté qué era cuando no era el alma de las fiestas.

Ella preguntó a qué me refería.

Yo le dije que me refería a eso.

A qué era cuando no era el alma de las fiestas.


II.

Como ella se molestó comenzó a cuestionar mi existencia.

¿Acaso tú eres el alma de algo?, me decía.

Yo la dejaba hablar.

Algunas personas nos miraban.

Ella estaba molesta y ya no parecía el alma de las fiestas.

Entonces decidí decirle quién era.

Quién era realmente.


III.

Yo soy el fin del mundo, le dije.

Ni el alfa ni el omega, pero sí el fin del mundo.

Y el fin del mundo no es el alma de nada.

No necesita ser el alma de nada.

Puedes ponerme en duda, como todos.

De todas formas, eso no hará que deje de serlo.

Yo soy el fin del mundo, le dije.


IV.

Ella decidió no creer y lanzó una carcajada.

Una carcajada muy fuerte, como debe hacerlo el alma de las fiestas.

Las personas que nos miraban también rieron, aliviadas.

Este hueón dice que es el fin del mundo, les dijo.

Ellos volvieron a reír.

Entonces me voltee, para que no recordaran mi rostro.

Y salí del lugar donde la verdad, de una forma u otra, había sido dicha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales