miércoles, 16 de diciembre de 2015

Desde la zona de triples.

Lanzas desde la zona de triple. Te devuelves incluso, para intentar la pequeña ventaja. El punto extra que no sabemos aún qué significa. Eso es lo que haces. Ni siquiera da para una historia. Ocurre simplemente que estás en la zona de triples. Y que hay una oportunidad. Y que te arriesgas. No es que no hubiesen opciones. Siempre podías acercarte. Incluso podías dar un pase. Tal vez la línea esa, en el piso, era a fin de cuentas el límite último de algo… Todo eso lo intuiste. Lamentablemente, creíste que intuirlo era lo mismo que entenderlo. Ese fue el error más importante. Lo mismo pasa siempre, en todo caso, en distintos órdenes de cosas. Ahora se trata solo de un triple, por lo menos. Y la línea en el piso, al parecer es solo eso. La comprensión no cabe en este sitio. Tampoco cabe ningún pensamiento. Vuelves entonces a reubicarte. Miras tus pies para asegurar la zona. Luego viene el impulso. El movimiento. Y al final un pequeño momento que nunca confiesas, pero que existe, y en el que siempre te preguntas para qué. Todos lo hacen, en todo caso. De alguna forma todos lo hacen. El freno. La zona de triples. El proceso entero del que hablaba, me refiero. De eso se trata, por supuesto. Y es que ni a ti ni a mí nos importa el resultado final del lanzamiento, después de todo. Ambos miramos hacia otro lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales