lunes, 27 de diciembre de 2010

¿Y si ladramos?

.
“Aprender a leer es absolutamente innecesario,
la carne de por sí se huele a gran distancia.”
Corazón de perro, Mijaíl Bulgakov.
.
I.

¿Qué tal si hacemos algo así
como un pacto?

Ponemos fecha de inicio y
fecha de término
y entre esas dos un espacio
donde las palabras no tengan ingreso.

Y claro,
ud. elige si el silencio
o el chillido
o el ladrido destemplado.

En eso al menos,
que no haya imposiciones.

Yo propongo el ladrido
porque me es más afín,
y porque bueno…
no sé qué sonido hacen las jirafas
que es otro animal que me gusta.

Pero recuerde que ud. escoge,
a fin de cuentas,
y si quiere rugir,
o maullar,
allá usted,
yo no cuestionaré
sus elecciones.


II.

Aunque ya que estamos en eso,
qué tal si agregamos
una segunda cuestión
al contrato.

Si no les gusta me dicen,
no hay problema,
pero me gustaría planteárselas
de todas formas,
antes que usted tome
una decisión apresurada.

Me refiero
a que andemos más cómodos,
y como el calor por estos días
está un tanto insoportable,
qué tal si aprovechamos
y prohibimos la ropa
en ese mismo intervalo…

Sí, a lo Tunick,
justamente,
sólo que además de en pelota
andamos por ahí sin decir
palabra alguna
y en cuatro patas…

¿Les tinca?

Claro… quizá exista algún problema,
y aumenten un tanto las violaciones,
pero también está aquella opción perdida
de poder defendernos
los unos a los otros.

Imagínense:
pequeñas jaurías yendo de un lugar a otro,
mordiéndose a ratos el pescuezo
porque hay que llegar a un acuerdo
y bueno…
sin palabras…
usted sabe,
será más fácil recurrir
a este tipo de herramientas.

¿Qué me dicen?


III.

O mejor esperen,
no me digan nada
todavía.

Y agreguémosles
más cosas
a esta promoción,
como los vendedores de antaño
en las micros amarillas.

Y es que sería mucho más entretenido
y verdadero,
si además pusiéramos llave
a nuestras casas
y nos quedáramos fuera.

O hasta asegurarnos
y prenderle fuego
a todo aquello,
para no tentarnos a romper
las reglas
que hemos establecido.

Claro,
quemar las ropas, los libros,
las viviendas…
y el dinero,
por supuesto,
después de todo,
¿para qué íbamos a necesitar
de esas cosas
en nuestra nueva experiencia?
.
.
IV.

No sé ustedes,
pero yo,
ya comienzo a disfrutar de la propuesta,
incluso, ya pienso como afilar los dientes
para no tener problemas
cuando quiera conseguir lo mío.

Además,
tengo buen olfato,
y la carne humana
tiene verdaderamente
un olor inconfundible…
y qué decir del sexo.

Bueno,
esa es mi propuesta,
creo que se ha entendido
a grandes rasgos,
mientras lo piensan,
sepan también que estoy dispuesto
a aceptar sugerencias,
aunque sinceramente preferiría que no,
para evitar posibles demoras
en la habilitación de nuestro acuerdo.


¿Qué?
¿Que qué pasa con qué…?
¿Con los sentimientos?
¿Con la humanidad?

Disculpen,
¿pero no sé de qué humanidad
me están ustedes hablando?
.

5 comentarios:

  1. Seguido el género humano falla justamente en eso, en ser humanos, y entra la duda de si existe o si es alucinación...

    Buen poema

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  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  3. puedo elegir la opsión del silencio total?
    sin rugido, sin grito, sin ladrido, sin pio pio?
    ahh bueno.. eso si.. a mi promo le agrego el maullido, es que me gustan los gatos.
    aun que digo de antemano que a mi gata la saco antes de quemar la casa.
    sino, pues sino no juego

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  4. Yo juego, me subscribo al contrato, pero... puedo ser un elefant???, claro que me demoraré un poco en barritar...si quiero de verdad, ser una elefanta de tomo y lomo.

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