jueves, 30 de diciembre de 2010

No quedan ebrios como Li Po.

.

I.

No quedan ebrios
como Li Po.

Ni poetas.

De vez en cuando algún imitador,
pero nada serio.

Alguien que bebió tanto
que se le olvidó escribir.

Y otros que no supieron nunca.

Sin embargo,
por todos ellos,
guardo un sincero respeto,
y no tengo nada
por qué condenarlos.

Y es que el problema
surge en realidad
con los otros.

Esos que quizá sí sabían escribir,
y hasta podrían considerarse
buenos bebedores.

Lamentablemente,
ellos descuidaron lo más importante:
se quedaron sin razones.

No tenían para qués,
ni intenciones…
ni espíritu,
ya que estamos hablando
de carencias.

Nada por qué escribir.

Nada por qué beber.

Y, si me apuran,
hasta nada
por qué vivir.

Pero claro,
ellos siguen con los suyo,
y yo los dejo.

Además,
en poco tiempo,
ha de llegar mi turno.

.
II.

Li Po
ya no se encuentra hoy
en ningún sitio.

Puedo asegurarlo, pues,
metódicamente,
he recorrido este año
todos los lugares
donde pensé
podía encontrarlo.

Porque eso de que se ahogó
en una laguna,
y la historia que se cuenta
al respecto,
obviamente no es cierta
en lo más mínimo.

Y es que no hay muerte posible
para Li Po,
pues el vino
-y una razón para tomarlo,
por supuesto-,
son los mejores antioxidantes
que podemos encontrar.

El punto entonces es saber
dónde se encuentra Li Po
hoy en día.

Mi héroe.

El último gran ebrio.

.
III.

Por otra parte,
pienso,
si encontrase a Li Po
¿de qué mierda le hablaría?

Porque no me vengan a decir
que hablaríamos de literatura,
o de cine,
o hasta de política.

De hecho,
yo hasta apostaría,
que Li Po se cortó la lengua
y que trabaja en silencio,
como un empleado fiscal
en alguna oficina de Santiago.

Ahí,
con una camisa a rayas,
pegada al cuerpo por el calor,
Li Po debe esperar cada día
el término de la jornada.

Sin embargo,
toda especulación
sobre qué hace después,
o antes de dicha jornada,
puede transformarse en pelambre
infundado,
y por lo mismo,
prefiero guardar silencio,
yo también.

Así,
buscando al prócer,
-por llamarlo de alguna forma-,
me invento porqués
y circunstancias,
y voy de bar en bar,
o de calle en calle,
acercándome un poco
a su persona.

Y es que no quedan ebrios
como Li Po.

Y por eso,
bien vale la pena
ocupar todo un día
-y quién sabe si una vida-
en su búsqueda.
.

1 comentario:

  1. pues... en tu estilo ;

    y en el mio =), no leí nada, lo admito, es que a menos que sea para llorar de la risa (excepto con parra y en especial con ruben dario y margarita de bayle), la poesia, es algo que se veria mas accesible BAILADO =)

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