domingo, 25 de noviembre de 2018

Una puerta pequeña, en mi habitación.


Cuando duermo en mi cuarto,
y sueño que estoy en mi cuarto,
siempre observo una pequeña puerta secreta
aunque a veces cambia de sitio.

Ya ni siquiera me asombro, al encontrarla,
simplemente voy hasta ella,
la observo,
y a veces compruebo
que se encuentre abierta
aunque entrar por ella
debido a sus dimensiones,
me es algo imposible de lograr.

A pesar de eso,
en ocasiones la he abierto
y he tratado de ver
qué se encuentra
al otro lado.

Y claro, 
si bien en el sueño
veo claro
y hasta tengo la impresión
al despertar
de haber hablado con alguien,
no logro recordar nada
de lo que hay tras esa puerta.

Por otro lado, ya despierto,
mientras estoy en mi cuarto,
tengo la impresión que tras de mí,
está aquella puerta,
y que se mueve al mismo tiempo que yo,
para quedar siempre
a mis espaldas.

Así, para confirmarlo,
mientras estaba en mi cuarto,
tomé un espejo entre mis manos
y lo mantuve oculto,
intentando ver a mis espaldas.

Mi sospecha resultó ser cierta:
vi la puerta.

En varios lugares,
según me movía por la habitación,
vi la puerta.

En un momento incluso,
la puerta se entreabrió
y pude ver a una mujer
de aproximadamente 30 centímetros,
con los ojos desorbitados
y vestida con harapos,
que llevaba en una de sus manos un cuchillo
y en la otra algo que me pareció
un conejo degollado.

Entonces la mujer pequeña
me miró indirectamente,
a través del espejo
y pareció reírse,
luego, volvió a entrar por aquella puerta.

Entonces,
el espejo cayó de entre mis manos
y yo hui
de aquel lugar.

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