jueves, 8 de noviembre de 2018

Un cable y un botón.


Encontré entre mis cosas un aparato que tiene únicamente un cable y un botón.

O sea, un cable que tiene en un extremo un enchufe y por el otro extremo un soporte y un botón.

Sin máquina o artefacto alguno de por medio, me refiero.

En principio pensé que el soporte del botón podía esconder algo.

Un circuito, algo relacionado con el almacenamiento de energía… ese tipo de cosas, por supuesto.

Sin embargo, tras revisarlo, comprobé que aquello no tenía nada más qué superficie.

Es decir, una base pequeña y un botón.

Y bajo el botón, terminaciones que lo unían al cable que terminaba al otro extremo con el enchufe.

Intrigado con el objeto me decidí a enchufarlo, sin más.

Luego observé el botón.

Es algo absurdo, pensé.

Alguien inventó esta broma y quiere que yo apriete el botón.

Tal vez incluso produzca un corto circuito.

Dos extremos pero nada en medio.

Una serpiente que se muerde su cola, solo que sin serpiente.

Cosas así me decía por no aceptar la cobardía de no apretarlo, nada más.

Y mientras decía aquello, seguía observando el botón, paralizado.

Pasaron así varios días hasta que de un momento a otro apreté el botón.

No hubo corto circuito.

No se encendió una luz. No sonó música alguna.

Cualquiera que hubiese visto esto, desde fuera, habría podido decir que no ocurrió nada.

No obstante, si bien podría aceptar esa observación, yo no podría decir lo mismo.

Y es que en mí, sin duda ocurrió algo.

Aunque eso, ciertamente, no les incumbe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales