lunes, 26 de noviembre de 2018

Su sueño era morir en Londres.


Su sueño era morir en Londres. No sabía por qué. Nunca había estado en la ciudad, sin embargo, cuando por alguna razón se hablaba sobre la muerte, nos terminaba contando que quería morir en Londres. Siempre creí que era una idea sin importancia, pero alguna vez en su casa me mostró un mapa donde incluso estaba marcado el lugar exacto donde quería morir. Y claro, también tenía sus ahorros destinados para ese efecto. Su idea era que, tras saber de una enfermedad terminal o cuando se edad ya le hiciera difícil proyectar mucho tiempo de vida, viajaría a Londres. No me importan los museos, nos decía. Me importa una mierda  el Támesis, el Big Ben y el London eyeYo lo que quiero es ir a morir a Londres, nada más. En tranquilidad, agregaba. Sin molestar a nadie. Y claro, como casi siempre que hablábamos de esto estábamos borrachos uno solía bromear y molestar un poco pues, que supiéramos, ni siquiera sabía hablar inglés. No se necesita hablar para ir a morir a un lugar, nos decía, los cobardes son los que hablan para intentar salvarse… pero las palabras, igualmente, nunca han terminado por salvar a nadie…  Lamentablemente para sus pretensiones, murió hace un par de días, en Rancagua, en un accidente lo suficientemente estúpido como para avergonzarme de contarlo aquí. No tuvo hijos así que no sé qué harán con sus cosas. Con su sueño, por ejemplo, ya no se puede hacer nada.

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