martes, 19 de abril de 2016

Convicciones nuevas.


Él y ella están tomando once.

Ella preparó palta e hizo además huevos revueltos.

La televisión está apagada y entre ambos se ha formado un silencio incómodo.

-¿En qué piensas? –preguntó ella.

-¿De verdad quieres que te lo diga? –dijo él.

Ella intentó analizar el tono.

Parecía afable.

-Si –dijo ella.

Él echó huevo revuelto a una tapa de pan.

La mascó y comió con cuidado.

Luego habló, tranquilo.

-Pues no sé… -señaló-. Puede sonar como un gran tema, pero lo cierto es que pienso en las convicciones reales por las que continúo haciendo esto.

-¿Esto? –preguntó ella-, ¿qué es “esto”?

Él no contestó.

Ella parecía nerviosa.

-¿Vivir? –insistió ella-, ¿contestarme…? ¿comer pan con huevo?

Él seguía en silencio.

-¿Fingir que estás acá…?

-No quería discutir, ¿sabes? –interrumpió él-. Te hablaba seriamente… buscar convicciones reales para hacer lo que hago… No veo la razón de discutir.

Ella intentó calmarse.

Tomó un poco de té.

-Cuando dices “real” me molesta –dijo ella-. Al hablar de convicciones reales siento que dices que las otras convicciones son falsas…

-¿Y tú te sientes partes de esas convicciones falsas?

Ella no contestó.

Él dio otra mascada al pan.

Le costó tragar un poco más.

-Tú no eres una convicción falsa –dijo él.

-Pero eso no quiere decir que sea de verdad –interrumpió ella-. Casi todo lo dices como si ya no estuvieras acá…

-¿Y dónde estoy?

-No sé –dijo ella-, pero no acá.

-Tal vez estoy pensando en esas nuevas convicciones, que necesito… -dijo él-. Nada más.

Luego acercó una de sus manos a las de ella.

-Disculpa –dijo ella-. Estoy nerviosa.

-No importa –dijo él-. No te preocupes.

-Si quieres enciende la tele – agregó ella.

Él buscó el control remoto, con la vista.

Ella le acercó la palta.

-Come –le dijo-. Ya se empezó a poner negra.

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