viernes, 30 de octubre de 2015

Canta, musa.



Canta, musa.

Por favor canta.

Yo estoy atento a tus palabras.

Cualquier palabra.

Yo espero.

No busco a otros dioses.

Tampoco recurro a las palabras de los hombres.

Nada tienen ellos que decir,
y tú lo sabes.

Ya po, musa…

Cántate una cortita, aunque sea.

Un haikú bueno y yo lo alargo.

Un par de versos con esdrújulas
pa darle fuerza  a la cuestión.

Creo que me merezco una palabrita.

Ya apagué la tele.

Ya cerré los libros que estaba hojeando.

Si hasta me desconecté a internet pa ponerte atención,
completamente.

¡Canta, musa…!

Se supone que te gusta.

Créeme que estoy atento.

Si hasta cierro los ojos, para concentrarme.

Soy todo oídos.

Dicta no más que yo escribo.

La página está virgen..


¡Ya po, musa…!
Si yo también tengo sueño.

Cada diez minutos me voy a mojar la cara
y ya voy por el quinto café.

No me importa si no sale afinadito.

No me importa que no rime.

Pero di alguna hueá…

Con respeto te lo digo.

Ensénanos algo.

Un secreto chiquito…

Como sacar las manchas de chicle, por último…

Di algo, po musa…


¡Cualquier hueá, musa conchetumadre…!

Si hasta un bostezo te acepto.

Un ronquido.

¡Canta musa de las mil putas…!

Yo, alguien o el mundo
necesitamos algo.

¡Canta, musa culiá…!

¡Reculiá…!

¡Canta musa conchetumadre…!

Canta…

1 comentario:

  1. Entiendo ese ruego a la musa, a las musas, incluso la reacción impaciente. Reacción a la que no me adhiero por las dudas.

    ResponderEliminar

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales