viernes, 10 de julio de 2015

Cupones.


Me salen cupones. En distintos productos me salen cupones. Distintos cupones, claro.

Yo los junto. Desde pequeño, los junto. Lleno cajones y bolsas con estos cupones.

A veces me fotografío con ellos.

A veces enseño a mis visitas, mis cupones.

A veces, incluso, lleno cojines, con mis cupones.

A veces no tengo visitas.

Una vez di una entrevista, por mis cupones.

Vinieron y los reunieron.

Vinieron y sacaron fotos y hasta descosieron cojines.

Vinieron y me hicieron preguntas, por los cupones.

Yo contestaba y ellos seguían preguntando.

Tanto preguntaban que pensé que en el fondo, ni siquiera querían mis respuestas.

No creyeron, por ejemplo, sobre mis cupones premiados.

Y es que son pocos los premiados, pero tengo.

Si alguien busca, los encuentra, les dije.

Me gusta seguir participando, les dije.

Incluso cuando ya no parece necesario, les dije.

Ellos, sin embargo, no creyeron mis palabras.

Se les notaba en la cara.

Se miraba entre ellos y volvían a fotografiar.

Salí en un diario y en la tele.

Me veía como un niño ahueonao.

Nunca cambié esos cupones.

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