viernes, 17 de julio de 2015

¿Y bien?


Llamo un taxi.

Le indico para dónde voy.

Incluso le indico desde dónde voy.

Pero eso no es suficiente.

Así, resulta que el taxi toma una ruta extraña.

Media hora después, sin embargo, me dice que estoy frente a la dirección indicada.

Pago.

Me bajo del taxi.

Busco mis llaves para abrir la puerta.

La puerta se abre.

Entro al lugar.

Algo está extraño en este sitio.

No es, sin embargo, algo concreto.

Observo las cosas.

Mis libros.

Tal vez estoy dejando algo fuera de todo esto, me digo.

Sigo, en tanto, con mis cosas.

Observo.

Busco entonces algo, para comprobar si lo que creo es cierto.

Me toco el rostro.

Me observo, algo inquieto, ante el espejo.

Esto pasa a veces, me digo.

No observo nada en el espejo.

Debo estar en otro sitio.

Comienza a amanecer.

El sol está algo distinto, esta mañana.


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