miércoles, 22 de julio de 2015

Dos sueños.

"No tienes por qué invitarme nada.
Me tomaré este café hipotético
y me largaré de aquí"
J. F.

-¿Qué cuentas hoy? –me dijo.

-Hoy toca contar sueños –le dije-. Dos sueños.

-¿Breves?

-Sí, más o menos breves…

-Te escucho.

-El primero es sobre una canción –comencé-, o sea una canción que yo creaba. La canción se llamaba “yo no soy el héroe” y tenía una letra que memoricé cuando desperté, y la escribí, pero no la tengo acá…

-¿Y no te acuerdas algo de la letra?

-No, nada… pero el caso es que la canción hablaba justamente de eso… o sea, explicaba que yo no era el héroe de algo… pero extrañamente, la canción se hacía un éxito… era algo chistoso… como que la letra llevaba a un montón de gente a creer en sí mismos, o algo así… pero sin ninguna intención ni mérito…

-Y entonces te transformabas en un héroe gracias a la canción que decía lo contrario…

-Exacto –señalé-. Ese era el primer sueño.

-¿Nada más?

-No. Nada más.

-¿Y el segundo?

-El segundo era un sueño donde yo estaba frente a un edificio… un pequeño edificio de ocho pisos donde en cada uno de los pisos vivía un amigo…

-¿Vivía yo en ese edificio?

-No… o sea, no sé… era un sueño como un problema matemático… los amigos eran datos…

-¿Datos?

-Sí… es que el punto del sueño era que el edificio no tenía ascensor… y todos los amigos tenían para mí el mismo grado de importancia… y yo tenía que visitarlos…

-¿Tenías que visitarlos a todos?

-Sí, ese era un requisito…

-¿Y por qué a todos?

-Porque eran amigos… supongo que había que visitarlos… ya sabes, para mantener lazos o algo así…

-¿Y qué pasaba entonces?

-Pues entonces yo iba un día a saludar al primero… y se me pasaba todo el rato ahí… y pensaba ir otro día a ver al segundo… pero claro, cuando llegaba ese otro día y yo quería ir a ver al del segundo, tenía que pasar por el del primero, y al final pasaba a saludar a ese y me quedaba ahí otra vez…

-¿Y nunca ibas a ver a los otros?

-No. Y siempre antes de entrar miraba el edifico de fuera y pensaba en los siete pisos altos y en que era necesario visitar, pero nunca lo hacía…

-¿Ese es todo el sueño?

-No... Pasaba eso un montón de veces y mi concepto de amistad, en el sueño, me impedía pasar por el del primer piso sin detenerme a saludar, así que se repetía siempre lo mismo… Hasta que un día, estando donde ese amigo del primer piso vimos caer al que vivía en el octavo…

-¿Suicidarse?

-Sí…

-¿Y también era amigo del amigo que estaba en el primero?

-Eh… no sé… no lo recuerdo, realmente…

-¿Y qué pasó con los otros?

-Lo mismo: empezaron a caer luego el del séptimo, luego el del sexto… y así hasta el del segundo…

-¿Se mató el de segundo…?

-¿Cómo?

-A esa altura debía haber sobrevivido.

-Eh… no sé… en el sueño parece que sí… pero el punto es el dilema de sueño… ¿qué habría que haber hecho para llegar a ver al del octavo? Me refiero a que debe haber estado solo y no tenía cómo saber que uno le tenía cierto aprecio…

-¿Entonces tú piensas que si los hubieras visitado no se hubieran lanzado?

-Sí… en el sueño sí…

-¿O sea tú eras el héroe también, como en la canción?

-No lo había pensado así –confesé.

-Pues tal vez el problema es que tienes mucho ego…

-Mmm…

-Tal vez sea donde escribes o…

-No creo –interrumpí.

-Pero espera, ¿puedo hacerte una última pregunta?

-Sí, claro.

-¿Eres un gran escritor? 

-Eso es algo que nunca sabrás –contesté.

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