-¿Te conté que en el sur, el año pasado, me compré una cuatro por cuatro?
-¿Una camioneta?
-No po, hueón, acuérdate que soy pobre... Una casita pequeña, de dieciséis metros cuadrados.
-¿En serio…?
-Sí po, una especie de cubo, en realidad, de madera… como vivienda de emergencia… Las usan más de bodega en realidad, pero para mí está bien.
-¿Y dónde la pusiste…? ¿Tenías un terreno o algo?
-Me dieron el dato de un terreno de unos tipos que se fueron a Australia y vuelven como en cinco años… Es por la carretera austral, un lugar medio abandonado, pero todo bien. Hasta pasa un arroyo cerca. Así que tengo como cinco años pa vivir ahí.
-¿Te vas a ir, entonces?
-Sí po, hueón, si ya me fui… O sea, ya viví casi un año allá, ahora ando de visita no más, para llevarme unos libros y otras cosas…
-¿Estás escribiendo allá?
-Un poco… O sea, terminé un libro de cuentos y comencé otras cosas, pero al final nada que me convenza…
-¿Y valió la pena, entonces?
-¿Qué cosa?
-Si valió la pena estar allá, viviendo incómodo… no sé… ¿No estabas mejor acá?
-Estar es estar, da lo mismo dónde. No es que me las dé de filósofo ni nada parecido, pero supongo que en el fondo uno está cómo o incómodo con uno mismo, nada más… el resto son hueás, no más… como esos diálogos hueones que a veces algunos publican como cuentos, creyéndose profundos…
-…
-Un día de estos te mando alguno, si quieres… Para que veas que a veces engañan, pero no terminan llegando a ningún sitio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario