martes, 25 de julio de 2017

Es raro, dijo él.


-Es raro –dijo él-. No duermo hace días y no tengo sueño. Y no es que duerma poco o tenga el sueño liviano… se trata más bien de una experiencia total de falta de sueño… igual que el insomnio solo que sin rasgos de cansancio ni ningún tipo de efectos secundarios…

-¿Van muchos días? –pregunté.

-Ayer se cumplió una semana –siguió-. Acepté sin problemas los tres primeros días y luego fui al doctor… Me revisó, tomó pulsaciones, reflejos… según él estaba todo bien… y claro, yo me sentía bien… el problema era que no dormía, nada más…

-¿Y qué hacías mientras no dormías?

-Creo que la primera noche vi películas o cosas así… pero ya desde el segundo día opté por intentar dormir, pero pensaba todo el tiempo hasta que amanecía, sin haber dormido ni siquiera un minuto…

-Ya –dije yo.

-Es decir –continuó-, solo me quedaba despierto y pensaba… ahora ni siquiera pienso… O mejor aún: pienso que estoy despierto…

-¿Y qué dijo el doctor, al final?

-La verdad yo siento que no me creyó mucho… De hecho fui de nuevo a los dos días y él me decía que era imposible… y hasta sugirió que tal vez yo dormía realmente, pero soñaba que estaba despierto…

-¿Y no es posible que sea así?

-No creo –dijo él-. O sea, no hay un borde entre la vigilia y ese estado… es un continuo…

-¿Y si lo que sueñas realmente es que tienes insomnio y que fuiste al doctor, pero en realidad no ha sucedido realmente?

-Pues no sé… -dijo él-, pero si fuese así, esta misma conversación sería parte del sueño en el que estoy despierto…

-Pues ya ves -concluí-, puedes tomarlo de esa forma y te evitas más complicaciones en este tiempo.

-Pues sí –me dijo-. Es una opción.

Y despertó.

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