miércoles, 5 de agosto de 2015

Ese tipo de allá.

“Es necesario que la gallina no sepa que tiene un huevo.
Si no, se salvaría como gallina, pero perdería el huevo.”
C. L.


Ese tipo de allá cuenta una historia.

Pero no es su historia.

Lo escuchan porque cae bien.

Se reúnen junto a él porque tiene gracia.

Eso se nota a la distancia.

A veces ríen cuando lo escuchan.

A veces comentan cosas, los oyentes.

Esa es más o menos la rutina.

Ocurre a diario.

Yo lo observo y en ocasiones, incluso me intrigan sus historias.

Además, les pone nombres raros a sus personajes.

Una vez, por ejemplo, escuché la historia de una chica llamada Pirinola.

Sé que entonces me intrigó la historia, aunque ahora no recuerdo bien de qué iba.

Cómo sea… lo importante acá es que se llamaba Pirinola.

¿Cómo alguien podía creer que eran ciertas esas historias?

Todavía es algo que no entiendo.

Pirinola, Funambulina, Paroxetina…

¿Quién iba a creer e semejantes personajes?

Y es que esos nombres no proyectaban sombra…

Con todo, la gente siempre escuchaba.

Escuchaban al tipo de allá, por supuesto.

Ese que contaba historias.

De vez en cuando, incluso, la gente se llevaba parte de la historia, como la punta de una hebra.

Todo se desarmaba entonces, pero el tipo volvía a contar.

Y es que era un tipo constante y tenía cierta gracia.

No son historias de él pero cuanta gracia, comentan.

Ese tipo de allá miente.

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