Sueño que compro zapatillas nuevas.
Unas zapatillas deportivas verdes.
Al llegar a casa abro la caja y descubro que vienen tres.
Una derecha y dos izquierdas.
Me complico por determinar cuál de las dos izquierdas es la que
corresponde al par.
Ambas son iguales.
Al final escojo una y armo el par.
Está atardeciendo y no hace calor, así que me coloco las zapatillas
para ir a trotar.
Entonces, antes de salir, comienzo a observar la otra zapatilla.
No sé qué hacer con ella.
Oscurece y no sé qué hacer con ella.
Como ya es tarde me saco el par y me dispongo a dormir.
Sobre el velador, dejo las tres zapatillas.
Sueño duermo del sueño.
En la zapatilla extra descubro un pie.
Un pie de goma, pero que me pareció real por un momento.
Lo saco de la zapatilla y observo que tiene las uñas dibujadas.
También tienes líneas en la planta.
Toco las líneas y me da cosquillas.
Despierto del sueño dentro del sueño.
Sobre el velador siguen las tres zapatillas.
Me angustia ver las dos izquierdas.
Todavía está oscuro y todo está en silencio.
Me doy una ducha.
Tomo un vaso de leche con chirimoya.
Decido igualmente salir a trotar.
Me pongo short y una polera.
Por último, me coloco las dos zapatillas izquierdas y dejo la derecha
sobre el velador.
Es una decisión que me alivia, dentro del sueño.
De cierta forma, incluso, resulta placentero.
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