miércoles, 16 de marzo de 2016

Un tío abuelo.


Tengo un tío abuelo que ganó un premio por ser el pistolero más rápido de la región de la Araucanía.

Si hasta existe una placa de bronce donde se recuerda su logro y su segundo lugar a nivel nacional, en un encuentro realizado a mitad del siglo pasado, en la Patagonia.

Y claro… desde pequeño me sentí orgulloso de aquella placa y de aquel tío abuelo que solo conocí en fotos.

Tanto así que una vez, cuando tenía siete años, me llevé la placa a Santiago para mostrársela a mis compañeros de colegio.

Lo malo de la historia, sin embargo, vine a descubrirlo bastante después, por parte de unos parientes y de un diario regional de la época.

Lo que descubrí fue que, si bien mi tío era ciertamente el pistolero más rápido, tenía una puntería tan deficiente, que debían incluso desalojar parte del espacio donde se realizaba el concurso de tiro, para que no hubiese heridos.

Asimismo, en la noticia guardada (referida al campeonato nacional realizado en la Patagonia) se señala que mi tío abuelo habría ganado, en principio, el primer premio, pero debió ser penalizado por herir de bala a uno de los jueces, que se encontraba a sus espaldas.

Luego de eso, según me cuentan, el tío abuelo dejó de disparar y se había centrado en su trabajo, de pequeño agricultor.

Y sí… usted puede tomar esto como una pequeña información sobre ese tío abuelo, o puede también intentar reconocer los genes en estos escritos.

Después de todo, nunca se sabe bien dónde apuntan estos textos, o si están destinados incluso a llegar, finalmente, a algún sitio.

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