viernes, 3 de abril de 2015

Un átomo / El átomo


Un átomo, hueón. Yo te digo eso: un único átomo. Nada de causas y efectos. Nada de acciones ligadas. Nada de historia. Todo es una sola cosa. Un huevo grande y tal vez blanco que solo puede apreciarse bien por fuera. Por dentro sentimos que está la cagá, es cierto… y le echamos la culpa a lo que creemos otro, o hasta a ciertos hechos… Intenta pensarlo y verás que no hay tal división. No hay otros. No hay antes ni ahora ni después. No hay una línea de tiempo segmentada. Todo es una gran mancha, si quieres. Un único átomo, como te decía. El átomo, de hecho. “El”. Determinado, me refiero. No sé si te das cuenta… Cada cosa, cada acto, todo es causa y efecto a la vez. El mar y sus olas. La lluvia. Yo siempre que me emborracho me doy cuenta, pero cuando estoy sobrio también lo siento. Un átomo… El átomo. ¿Te imaginas? Toda una vida ordenando la biblioteca y después te das cuenta que siempre estuvo en orden. Que no podía desordenarse, me refiero. Que era una sola cosa. La ilusión equívoca de un caos cuando no vemos con suficiente distancia. Un organismo vivo, si quieres. Pero en una sola membrana. Una serie de reacciones, mejor. De reacciones químicas. El sol, la luna, las estrellas. La vida y la muerte, hueón. Todo era un único átomo. “El” único átomo. Pero claro, lo que pasa es que te equivocas y crees que brota el pasto. Crees que crecen tus hijos. Crees que amas y dejas de amar. Crees que el día y la noche… Una mierda. Todo son ilusiones. Espejismos y visiones confusas. Trata de encontrar la perspectiva. Desde fuera todo es uno. Un átomo, hueón... El átomo. Deja mejor de ordenar esa hueá… Yo sé lo que te digo.

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