viernes, 20 de mayo de 2016

No me gusta todo esto.


I.

-No me gusta esto –dijo él, desde la cama.

-¿Qué cosa? –dijo ella.

-Esto… Todo esto –repitió él.

Ella intentó mirarlo y ver a qué se refería.

-No entiendo de qué hablas –confesó.

-Digo que no me gusta esto, nada más –señaló él, ofuscado.

Luego se volteó y pareció dormir nuevamente.

Ella se quedó pensando.


II.

Cuando despertó, nuevamente, ella lo estaba esperando, sentada a los pies de la cama.

Parecía molesta, pero no decía por qué.

-¿Qué es lo que no te gusta de todo esto? –preguntó ella.

Él parecía no entender.

Ella repitió la pregunta.

Entonces, él intentó explicar que eso le pasaba de vez en cuando.

Eso de hablar dormido, explicó.

-Igual las palabras salen desde dentro tuyo –alegó ella.

-¿Y desde dónde quieres que salgan? – preguntó él-

Discutieron así un buen rato.

No llegaron a acuerdo alguno.


III.

-No me gusta todo esto –dijo él, todavía desde la cama.

-¿Ves…? Has comenzado de nuevo… -dijo ella.

-¿Puedes parar? –preguntó él, interrumpiendo-. ¿No te das cuenta lo molesto que es esto?

-¿Y qué es esto? –siguió ella-. ¿Acaso no te das cuenta que necesito esa respuesta?

-Las respuestas se quieren, no se necesitan –dijo él.

Ella no contestó. Se veía nerviosa.

-Ya hemos pasado por esto –dijo luego de un rato.

-¿Por esto? –dijo él-. ¿Y qué es todo esto?

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