jueves, 12 de mayo de 2016

Flotar, supongo.


Esa vez fuimos a la playa. Ella era pequeña y le daba miedo meterse en el mar. La idea era que se mojara los pies, pero recuerdo que insistió en que quería aprender a nadar. Pensamos que se le iba a pasar, pero en Santiago siguió con lo mismo. Yo iba entonces a un gimnasio, con unas amigas, cerca del trabajo. El banco tenía un convenio y el plan completo nos salía la mitad. Y claro, en ese plan se incluía piscina. Entonces recuerdo que pagué un adicional por ella y comencé a llevarla. La iba a buscar al colegio y la llevaba. Tenía seis años, creo y estaba en primero. Cuando fuimos lo primero que le dije fue que si quería aprender a nadar, primero debía aprender a flotar. Lo malo es que ella no podía. No sé por qué habrá sido, pero lo cierto es que por más que lo intentaba ella no conseguía flotar. En cambio, comenzó a nadar muy pronto. Era rápida incluso lo hacía con cierta gracia. No flotaba, pero nadaba. Íbamos juntas a la piscina y nadábamos. Debe haber sido todo un año que hicimos eso. Nadar juntas, me refiero. Luego quedé embarazada de Kevin y dejamos nadar. Además el colegio se vuelve más difícil  y luego ella crece y ya es la historia de todos. Un día ya grande, en la playa, la vi nadar y nos acordamos. Entonces fue que ella me dijo que yo siempre estuve equivocada. Que flotar no es primero. Que nadar sin saber flotar es mejor y hasta se disfruta de otra forma. No sé por qué, pero me quedó grabada esa conversación. Y además me dolía. Me refiero a que lo sentía como una crítica, como si me dijera que toda mi vida había estado equivocada. No me di cuenta en el momento, pero con los años esa es la impresión que me ha dejado. Ahora ella está en Francia, estudiando y Kevin está por salir del colegio. Con el padre de ellos nos separamos hace años, pero tenemos una buena relación. En el trabajo gano un buen sueldo y él se encarga de cubrir algunos gastos de los niños. Es como flotar, supongo. Nada más.

1 comentario:

  1. En algún momento los músculos se cansan y uno se vuelve de piedra. Y solo se hunde si no sabe flotar. A veces los nadadores no son concientes de lo que hacen, lo que no los exhime de aprender a flotar, antes o después de aprender a nadar, o eso me parece.

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