domingo, 8 de noviembre de 2015

En la obra.


En la obra,
un hombre está sobre el escenario
y saca cuentas.

Mira en torno suyo
y anota en un papel.

Calcula.

Eso hace.

Entonces,
se detiene de improviso
y dice en voz alta:

Seis de cada diez almas
tienen un hombre que las cobije
para protegerse de la lluvia.

Luego sigue calculando.

Entonces tras de él,
aparece proyectada la frase
que acaba de decir.

Con letras grandes, por supuesto,
y con un movimiento algo agresivo
las letras se mueven
allá al fondo.

Mientras se mueven, por cierto,
hay sonido de lluvia.

Luego,
el hombre abre un paraguas
para no que no se moje el papel
en que está anotando cosas,
pero al parecer,
igual se han mojado
algunos de sus apuntes.

Ante esta situación,
el hombre se muestra desesperado
y todavía con el paraguas abierto,
se va hasta un rincón
donde al parecer está más seco.

Entonces,
saca otro papel en el cual
parece transcribir
lo que queda visible del otro.

Y claro,
tras hacerlo,
el hombre vuelve a mostrarse tranquilo
y vuelve también
a leer en voz alta:

Seis de cada diez almas
tienen un hombre que las cobije
para protegerse de la lluvia.

Y claro…
sigue sonando la lluvia,
se proyectan las palabras, al fondo,
y la escena no cambia.

Pasan de esta forma
al menos diez minutos.

Finalmente,
alguien aplaudió la obra.
tal vez,
para que terminase antes.

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