Uno de los dos es el fragmento de un sueño.
Eso pensé al menos, hasta antes de decidirme a escribirlo.
Ahora, sinceramente, ya no sé decir más.
*
-De este lado todo es plomo –me dijo-. No de metal, en todo caso, sino como de grafito. Más cercano a algo vivo, quiero decir. O menos artificial, tal vez… Ya sabes. Es como ese tipo de material que se queda en la piel, de cierta forma, cuando lo tomas. O sientes, al menos, que se queda. Todo gris, o plomo… Y observas entonces tus manos o tus dedos y también han quedado un poco grises…
-¿De este lado? –pregunté-, ¿qué quieres decir con eso?
Guardó silencio un rato, antes de volver a hablar.
-De este lado –dijo, sin intención de explicar-. Sé que sabes de qué hablo.
*
Fue por ese entonces que yo comencé a observar que mis dedos se volvían un poco más grises.
Intenté lavarlos, en principio, pensando que tenían una especie de polvo, pero no conseguí quitarles el color.
Decidí por eso ir al doctor, pero tras atenderme y darme unos exámenes, dijo que se trataba de algo pasajero y que no tenía peligro alguno.
-De este lado me ha tocado atender varios casos similares –me dijo-. Supongo que es un tipo de polvo que se desprende de algunas cosas, pero nunca he observado complicaciones.
-¿De qué lado, doctor? –le dije-. ¿Qué quiere decir con eso?
El doctor hizo una pausa, antes de volver a hablar.
Me pareció molesto.
-Sé que sabes de qué hablo -dijo.
Yo asentí.