martes, 28 de octubre de 2025

En la mesa, junto a los otros.


Estás ahí, en la mesa, junto a los otros. Todo es amable, o al menos así lo parece. Amable, es cierto, aunque algo extraño. Ellos hablan de cosas que no recuerdas. Por ejemplo, nombres que te suenan a algo, pero no sabes a qué. De igual forma no es del todo incómodo, te dices. O no lo suficiente como para irte del lugar, al menos. Además, tampoco es que tengas muy claro hacia dónde irte. Mientras piensas esto asientes a lo que dicen. Incluso te escuchas dar una opinión intrascendente sobre algo que de inmediato no recuerdas. Así, intentando recordar, te fijas ahora en la mesa. No ya en los rostros de los otros, pues era demasiado invasivo. Observas los platos. También los servicios y las copas. Lo único extraño que notas es que los cuchillos son distintos. Casi preguntas, sobre aquello, pero al final decides que no. Entonces se acerca alguien y retira tu plato. Ni siquiera recuerdas si has comido. Al parecer sí, pues había restos de comida, en el plato. Luego otro se acerca a tu copa y comienza a llenarla. Haces un gesto para que se detenga, pero ya la ha servido. Incluso le dices que no bebes, pero él la deja ahí. Frente a ti. Y claro, tú la observas durante tiempo que ya no sabes. Sopla el viento, eso sí. Lo percibes. Alguien habla, más allá. Se coagula el vino en la copa.

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