domingo, 14 de febrero de 2016

Sin título (puede usted saltar este texto)


Fue un periodo penca.

Sí, como de dos años más o menos.

Cuando lo recuerdo lo asocio a mi trabajo de ese entonces, pero esa no era la causa.

No, ese trabajo vino después…

Sí, después.

Trabajaba en una tienda que vendía zapatos, en ese periodo.

Claro, igualito que Al Bundy…

¿No lo conoces…?

Bueno, no importa…

Un personaje de una serie.

¿Qué?

Ah… sí, claro… pero además tenías que ayudar a probar los zapatos…

Eso era lo peor.

Sacar los pies. Meterlos en otros zapatos.

Pies de otros, por supuesto.

No… casi siempre eran de señoras…

No sé… pero los hombres no pedían tanta ayuda.

Sí, debe ser por eso…

Pero bueno, el punto es que ganabas por comisión así que había que vender.

Claro, comisión de ventas… obvio.

Si hasta había como un vendedor sensei, que te enseñaba técnicas.

Sí, todas las semanas teníamos una especie de curso.

Curso, por hueón, el tipo explicaba cómo vendía… saludos… preguntar por la familia…

No, si no me enojo, pero me interrumpís a cada rato…

Es que se me olvida dónde voy…

¿Cómo…?

No, si eso lo sé.

Yo me refiero “dónde voy” de “hacia dónde voy”… a dónde me dirijo…

Sí po, hueón…

Bueno, te decía que había como un vendedor sensei que te enseñaba técnicas… a los tres o cuatro que trabajábamos ahí…

Sí po, él también trabajaba ahí, pero no lo cuento…

Te enseñaba técnicas…  y luego te observaba para ver cómo lo hacías.

No… no eran calificaciones, pero igual era como una evaluación…

El punto es que siempre, ya fuera de las clases, te pedía que observaras.

Que observaras cómo vendía, claro.

Una vez, por ejemplo, recuerdo que atendió a una mujer muy gorda.

Ella decía que quería unos zapatos con tacones altos, ojalá transparentes…

Claro, los tacos trasparentes…

Entonces el vendedor sensei le recomendaba algunos…

Tacones transparentes para ir como flotando, le decía.

¿Qué...?

No, nunca.

No sé cómo, pero siempre caía simpático.

Y claro, después remataba diciendo que con ellos caminaría como en Marte…

Sí: que caminaría como en Marte...

¿De verdad no entendís?

Liviana po, hueón… con menos gravedad…

Sí po, en Marte hay menos gravedad… como un tercio parece, que la de acá…

Sí… de hecho como que hablar de Marte era su truco… o su problema…

Claro, es que estaba como obsesionado con Marte.

Siempre hablaba de eso, cuando vendía, y no solo por la gravedad…

No sé… yo lo encontraba tonto, claro, pero él demostraba que servía…

Sacarlas de ahí, decía…

Que sepan que estás pensando en otra cosa.

Sí po, yo también tuve que hacerlo.

Claro, usando Marte…

Sí… dije lo mismo que él, pero me salía raro…

Como que yo sentía cerca Marte…

No sé bien cómo decirlo.

Claro… cómo que yo me encontraba allá…

De hecho eso fue lo que me dijo el sensei.

Tú estay vendiendo desde Martey Marte debe ser solo una ventana…

Sí po, una ventana... hablar de otra cosa, lejos de sus pies…

No po, eso te estaba diciendo…

Sí po… me funcionó como la mierda.

No, hueon.

Es que no importa eso, si lo que quería era explicarte otra hueá.

Sí po, lo del periodo penca… lo de darme cuenta que vendía desde Marte… que vivía allá…

¿Cómo no va a ser terrible, hueón?

Si Marte es desierto…

No, si no me enojo… pero estoy seguro que podría explicarme mejor si me dejaras hablar.

No, no es tan fácil.

Es que no es lo mismo restar tus palabras…

Si po, quedan las interrupciones y no se entiende ni  mierda.

Tal vez por eso es que uno al final se arranca para Marte…

Claro… por el silencio... por la soledad… porque hay menos peso sobre uno…

Por la gravedad po hueón, si ya te había dicho.

Sí...

Es que no dejay hablar, hueón.

Podría haber contado esto bien, marcando bien el camino.

No dejay ni que uno se emocione, hueón…

No, hueón.

No te digo ni una hueá más.

Si querís rescatar algo rescátalo, pero callado.

Sin hablar po, hueón.

Sin hablar.

Ahora hasta me da vergüenza poner esto.


3 comentarios:

  1. Y aquí estás aún...
    Anoche soñé que nos encontrábamos de casualidad, escritor.
    Me entregabas un rollo de alambre, que sabías que yo necesitaba.
    Te dejo un abrazo.
    Cuéntame de ti.

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