Ella encontró un reloj en el fondo de la piscina.
Nadaba tocando el fondo, cuando lo encontró.
Era un reloj metálico, bastante grande y pesado.
Entonces lo tomó y miró a los costados, sin sacarlo
del agua.
Apenas había un par de niños, con sus madres.
Estaba claro que el reloj no era de ellas, así que
observó también fuera de la piscina.
Yo estaba sentado en un extremo, observándola
también, cuando ella me vio.
De inmediato me hizo un gesto, a lo lejos, levantando
el reloj.
Yo me hice el desentendido hasta que ella salió del
agua y vino hasta donde me encontraba.
Me saludó y preguntó si el reloj era mío.
Yo observé el reloj y dije que no.
Ella se mostró confusa y se disculpó, no sé bien
por qué.
Le dije que lo dejara con el salvavidas, ya que
probablemente le preguntarían a él.
Ella asintió y fue a entregárselo.
El salvavidas lo guardó y ella me hizo un gesto a
la distancia.
Yo le respondí de la misma forma.
La vi tomar sus cosas, poco después, e irse del
lugar.
Al parecer había ido sola, igual que yo.
Dejé pasar unos minutos y fui donde el salvavidas, a
preguntarle si había encontrado un reloj.
Él me hizo describirlo y luego me lo entregó.
Le agradecí.
Volví entonces a meterme a la piscina y dejé el
reloj al fondo, en la parte más honda.
Luego salí del agua y tomé mis cosas.
Por último, me fui del lugar.
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