I.
Estábamos hablando de otra cosa cuando me lo dijo,
pero se notaba que era una conclusión a la que había llegado antes, pues la
formuló de una manera clara y rotunda, como si la hubiese estado llevando
consigo guardada en un pañuelo, esperando el momento adecuado para enseñármela.
-Lo que pasa -dijo-, es que no estás creciendo en
la dirección que indica tu naturaleza.
Como la frase era más o menos larga y yo estaba
algo bebido la repasé un poco, aunque sin mucha esperanza de encontrar en ella un
sentido importante.
-¿Y en qué dirección estoy creciendo entonces?
-pregunté luego de un rato.
-En otra -me contestó-, pero no en la que señala tu
naturaleza.
-Puede ser -dije yo, zanjando el asunto- Pero al
menos estoy creciendo. Eso es algo.
II.
Intenté no darle vueltas a la frase, pero ocurrió
que igualmente soñé con ella.
O más bien: de cierta forma soñé con ella.
Y es que yo era algo, en el sueño, que crecía
justamente de una forma extraña, físicamente digamos, aunque no podía ver mi
apariencia.
Estaba en una especie de sala de espera, con otros
seres, que de a poco de revelaban.
-Al menos a ti no te salió trompa -me decía un
elefante que estaba mal sentado en un sillón, al lado mío.
También recuerdo haber visto en el lugar a un oso
hormiguero, un puerco espín y hasta una jirafa, que dormitaba en una esquina.
-Que pase el siguiente -escuché decir entonces
desde una puerta que se abrió, y por la cual vi salir a un apesadumbrado
ornitorrinco, al que habían atendido anteriormente.
Yo era el siguiente, claro.
III.
Hubiese podido inventar algo para cerrar la historia, pero lo cierto es que
no recuerdo qué ocurrió, durante el sueño, en aquel cuarto.
Sí recuerdo, sin embargo, que luego de despertar me
puse a pensar nuevamente en la frase que me habían dicho.
Y me cuestioné entonces sobre cuál era -de
existir-, esa naturaleza propia, que te indica supuestamente hacia dónde crecer.
Largo rato pensé en eso, si soy sincero.
Llegué a una respuesta, por cierto, pero supongo
que es propia y no le sirve a nadie si la expongo aquí.
Y tampoco sirve, claro está, quitarles por ahora, más tiempo.
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