Es rara esa calle.
La de allá donde está ese viejo.
Y es que mira… ¿ves esa esquina?
Pues un día descubrí que detrás de esa esquina hay
otra esquina.
Apenas un trocito de calle, me refiero y luego
viene otra esquina.
Es raro, ¿no crees?
Yo lo descubrí un día que estaba borracho.
Bueno… en realidad no tan borracho, pero había
bebido un poco.
El punto es que quería acortar camino para llegar a
la avenida y fui hasta esa esquina.
Y claro, entonces doblé y luego me encontré la
otra.
Además se parecen, así que el asunto era más raro.
Decidí volver a casa esa vez, pues pensé que estaba
confundido.
Sin embargo, fui a comprobarlo al otro día estando
sobrio y era cierto.
De hecho, me aventuré un poco más y pasé esa
segunda esquina…
Y adivina qué…
¡Encontré otra esquina…!
Tres esquinas seguidas… y las tres prácticamente
iguales…
Entonces avancé un poco más pues pensé que de haber
cuatro esquinas tal vez regresas a la primera…
Pero no fue así.
Eran tres esquinas y luego de la tercera llegué
hasta una calle que no conocía, pero que de todas formas se parecía a esta…
bueno, como todas las calles, en realidad…
Es raro, ¿no crees?
Una esquina detrás de otra.
Como tres peldaños, o no sé…
¿Quieres ir a verlas más tarde?
Es hacia allá, donde sigue ese viejo.
Nunca se mueve, de hecho, ese viejo.
Si nos juntamos más tarde te aseguro que todavía sigue
ahí.
O lo ha relevado en el puesto un viejo igual…
¿quién sabe?
Cómo sea… ¿nos vemos más tarde?
¿Vienes o no vienes?
No hay comentarios:
Publicar un comentario