I.
Tuve una alumna que se llamaba Luz.
Un día, en clase de educación física, se encerró en
el camarín y se cortó las muñecas.
Yo estaba en la sala de profesores, revisando unas
pruebas.
Profe, se
cortó la Luz…!!, escuché que me gritaban
Yo miré los computadores encendidos y no entendí lo
que ocurría.
No es cierto,
les dije cuando los vi aparecer, junto a la puerta.
Pero entonces ellos me explicaron que me equivocaba,
y nombraron de otra forma, lo que había ocurrido.
II.
Luz tenia casi todos los promedios reprobados.
Apenas venía a clase y tenía problemas cognitivos
importantes, aunque no diagnosticados.
Uno de los pocos que no tenía era educación física
y la situación había cambiado en esa clase.
Debía preparar una breve coreografía, según
recuerdo, pero no la presentó ni dio excusas.
Como ya había tenido otras oportunidades, la
profesora le colocó la nota insuficiente.
Entonces fue que Luz se encerró en un camarín y se
cortó las muñecas.
Le habían hecho unos torniquetes y la ambulancia
llegó a los pocos minutos.
III.
Solo vi a Luz una vez, desde entonces.
La habían llevado a recuperarse al sur, junto a sus
abuelos.
Al año siguiente me enteré que volvió a Santiago y
fui al nuevo colegio al que se cambió a preguntar cómo estaba.
Según me informaron, estaba con problemas similares
a los que tuvo antes.
Al igual que en el nuestro tenía atención sicológica,
pero el problema, por supuesto, iba más allá.
Dos semanas después supe que había vuelto a irse al
sur, con sus abuelos.
IV.
Por lo que me he enterado, desde entonces, Luz no
se ha vuelto a cortar.
Dejó de ir al colegio, y ayuda a una tía, en el
sur, que tiene un negocio de venta de mermeladas.
El emprendimiento, al parecer, va bastante bien.
En su página web subieron una entrevista que les
hicieron en un diario local.
Luz aparece feliz, en las fotos.
Esa era Luz, le comenté a alguien, mostrándole la
foto.
Nunca supimos verla así, en el colegio.
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